Menos es más. Este principio se aplica a la perfección en esta tendencia en la decoración de interiores que volvió con fuerza en los espacios que pretenden ser minimalistas pero a la vez jugar con el diseño e innovación de objetos.
De acuerdo a Oscar Locicero, profesor de la carrera de Diseño de Interiores de Aguas de la Cañada, es una moda “retro” que apareció para acallar la sobreabundancia y “mal uso y abuso” del color.
De esta manera, el blanco juega con sus tonalidades y texturas permitiendo que en un mismo espacio convivan. Así, el mobiliario y piezas de diseño realzan por su forma y no color. Sin embargo, el profesional aclara que a veces la inclusión de tonos plenos como rojos, verdes o incluso negros pero en “pocas dosis” permite contrastar y apreciar aún más el predominio del blanco.
“Este color connota una mirada más eco y minimalista, ambas tendencias que se imponen tanto en los proyectos de los diseñadores como en los pedidos de los clientes que buscan renovar sus ambientes”, concluye Locicero.
White noise (todo -todito- en blanco)
Como un lienzo por pintar, la tendencia en diseño de interiores y decoración propone espacios totalmente (pero completamente) blancos. Minimalista, pulcro y moderno, el tono se impone en la escena para resaltar ambientes con muy poco.
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