PATRICIA VALLI
El Gobierno busca sostener el consumo y renegocia la extensión de Ahora 12, que vence a fin de mes, en medio de pedidos del sector mercantil para sostener una herramienta que le da aire a las compras. El año pasado, pese al impulso para las elecciones, el consumo masivo cayó 2,1% en los supermercados.
El Banco Mundial ya vaticinó una caída en el consumo privado por el "retiro del estímulo fiscal de asistencia a los hogares" que se implementó durante el pico de la pandemia y la presión cambiaria y riesgo de devaluación pueden empujar a los precios y desacelerar aún más la intención de compra.
El consumo interno es uno de los pilares del modelo económico del Frente de Todos y el kirchnerismo en general, pero muestra señales de agotamiento, con razones que van más allá del plan de estímulo. Inflación, dispersión de precios, caída de los salarios reales y problemas de financiamiento están entre las razones que prenden luces amarillas sobre una de las patas clave del crecimiento.
Así lo señala un análisis de la consultora Analytica al que accedió en exclusiva El Cronista, que sostiene que la estrategia de basar el crecimiento en el consumo funcionó hasta 2015.
"El gobierno focaliza en el crecimiento del consumo buena parte de su retórica macroeconómica. En ella basa el impulso a periódicas renegociaciones salariales y la discusión acerca de resistir mayores ajustes en el déficit fiscal en medio de un complejo cierre con el FMI", evaluó Analytica, la consultora del economista Ricardo Delgado, ex subsecretario de Coordinación de la Obra Pública en el Gobierno anterior.
"Hasta 2015, la estrategia funcionó, si bien con crecientes dificultades; la acumulación de desequilibrios macroeconómicos era el costo que pagar para sostener los niveles de consumo, el único motor de una economía que languidecía", recapitula Analytica. Hoy en cambio enfrenta desbalances fiscales, monetarios y de ingresos que marcan límites al consumo, agregan.
El consumo, en tanto, fue perdiendo relevancia en el PBI más allá de la pandemia y los economistas enumeraron sus causas de fondo, como la restricción de crédito, la pérdida de poder adquisitivo y el impacto de la inflación entre otros factores.
En ese marco, los sectores tradicionales del comercio plantean la continuidad de Ahora 12 como única vía de financiamiento para muchos negocios. Estos programas representan "el 25% de la facturación del comercio", según indicó el jefe de Comercio Interior de la CAC, Pablo Aliperti.
El año pasado terminó con una baja de 2,1% en supermercados según los datos de la consultora Scentia, pese al repunte del 6,5% de diciembre y de haber revertido la tendencia a la baja a partir de junio. La caída de 2021 en el área metropolitana de Buenos Aires fue del 4,2%, contra un cierre más estable en el interior, de -0,4%.
LA CAÍDA DE LOS SALARIOS REALES
Dada la elevada informalidad de la economía, se profundiza la tendencia de que la masa salarial sea el principal determinante del consumo, sostienen los economistas. "El mercado de trabajo se recupera; sin embargo, su calidad, principalmente dentro del espectro informal, es baja, con menos horas trabajadas y caída del salario real", lo que también alcanza a cuentapropistas no profesionales.
LA LUCHA CONTRA LA INFLACIÓN
En medio de datos de inflación mensuales que vuelven a afianzarse por arriba del 3,5% para enero, Analytica considera que la dispersión de precios atenta contra una política de estabilización de la inflación, mientras que también advierte que la coordinación de anclas nominales para revertir expectativas se torna aún más difícil. Pero consideran que es el primer paso para avanzar en la recuperación del consumo.
Sin mejoras de poder adquisitivo y empleo genuino, la alternativa es "incentivarlo vía mayores transferencias estatales", indican pero advierten que es una solución de corto alcance que puede generar un nuevo salto en el régimen inflacionario. En este contexto, además, choca con la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde Martín Guzmán reclama espacio fiscal para llevar adelante políticas contracíclicas que permitan generar un mayor crecimiento de la mano del gasto público.
CAMBIOS DE CONSUMO POR LA PANDEMIA
Lo que sí cambió con la pandemia fueron los patrones de consumo. Los argentinos consumen más variedad de productos, pero por menos valor. Según el BBVA, las transacciones crecieron a diciembre un 10% interanual en tanto el gasto total se redujo 4%.
A nivel macroeconómico, el cambio en los patrones de consumo se explica por la mayor dispersión que muestran los precios. La dispersión se define como las diferencias respecto al promedio de precios de productos similares.
LA BRECHA DEL DÓLAR
La dispersión de precios aumentó, desde fines de 2020, con la recuperación heterogénea de la economía, el salto de la brecha cambiaria hasta 130% y la consolidación de un nuevo nivel de inflación (del 40% al 50%). En la actualidad, la dispersión de los precios está en niveles levemente por encima del cepo anterior.
EL PROBLEMA DE LOS PRECIOS RELATIVOS
La consultora de Delgado marca que con la recuperación de la actividad desde fines del 2020, la actualización en distintos tiempos de los distintos contratos (alquileres, paritarias, precios cuidados, etc.) generó una variación de precios relativos dentro de la canasta de consumo.
"Aparecen, así, "oportunidades" para los consumidores: los precios que suben menos son vistos como "baratos" y por ende adquiridos con el mismo presupuesto dado que el gasto de consumo total cayó", remarcó.
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