Después de tres años, Andes Líneas Aéreas retomó sus vuelos en la Argentina, tras suspender sus actividades en marzo de 2020 por la pandemia. Su vuelta se dilató un semestre. Si bien tenía previsto hacerlo en diciembre, el regreso se concretó este fin de semana.
La empresa familiar y de capitales 100% nacionales busca recuperar su lugar en el mercado aerocomercial, en un contexto de reactivación del turismo y de los viajes corporativos en vuelos privados. En esa dirección, diseñó su cronograma que ya está en marcha y apunta a ampliarse en las próximas semanas.
La programación incluirá viajes internos con vuelos a destinos de alta demanda como Bariloche e Iguazú y ya solicitó la autorización para volver a volar a Brasil ante la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). De concretarse, retomaría estos servicios que quedaron inactivos hace cinco años. Y lo haría desde tres ciudades -Buenos Aires, Rosario y Bariloche- con 15 vuelos por semana.
Pero por las vacaciones de invierno y el boom de turismo extranjero en el país, la estrategia apunta no solo a llevar argentinos a su destino de vacaciones favorito, sino también a traer visitantes brasileños, que, atraídos por la brecha cambiaria que propicia los 'tours de compras', se encuentran terceros en el ranking de ingresos a la Argentina en lo que va de 2023, con el 15% del total de las entradas, detrás de chilenos y uruguayos.
Si bien Andes se 'recertificó' como explotador de servicios aéreos -lo que la habilita a ofrecer vuelos regulares internos e internacionales de transporte de pasajeros, así como de carga y correo-, por ahora solo tendrá vuelos chárter. Es decir, en esta etapa inicial no tendrá vuelos comerciales regulares, aunque le asignaron más de 250 rutas, entre nacionales y regionales, luego de recibir el permiso para volver a operar.
Anteriormente, Andes tuvo vuelos a ocho destinos de Brasil: Florianópolis Río de Janeiro, Cabo Frío, Porto Seguro, Salvador de Bahía, Recife, Maceio y Fortaleza. Además, hizo escalas técnicas en Manaos en viajes al Caribe, destino que por el momento no está a la venta, pero podría sumarse más adelante.
Como parte de la reactivación de su flota, el plan incluye la incorporación de más aviones Boeing 737-800, utilizados frecuentemente para vuelos de media distancia y configurados para 189 pasajeros de clase única. Actualmente, cuenta con uno que llegó en octubre desde Shannon, Irlanda.
Se espera que en lo inmediato llegue un segundo Boeing, que antes usaba Flybondi, con la matrícula LV-HKS y que se encuentra en Tucson, los Estados Unidos, realizando los chequeos técnicos antes de la entrega. La empresa firmó también un contrato con Aerolíneas Argentinas, que brindará soporte técnico para su operación.
La historia de Andes Líneas Aéreas, la aerolínea que vuelve a tener vuelos
Andes nació en 2006 como una alternativa para suplir la falta de vuelos entre Buenos Aires y Salta. En un contexto de alta demanda en esta ruta, otras aéreas comenzaron a ofrecer sus servicios también, como Sol, Latam Argentina y Aerochaco.
A partir de su fundación, Andes experimentó un crecimiento lento, pero sólido, que le permitió terminar su primer año con 94.000 pasajeros transportados. En diciembre de 2011, superó el 1 millón y alcanzó el pico de su primera expansión, cuando incorporó dos Bombardier CRJ-900 y dos Airbus A320 a su flota para la temporada de verano 2011-2012.
Los siguientes tres años fueron complejos. Cerró 2014 con 96.000 usuarios anuales transportados. El primer gran golpe fue la erupción el volcán Puyehue, cuyas cenizas inhabilitaron por varios meses al Aeropuerto de Bariloche, lo que provocó que no pudiera operar ciertos vuelos.
Luego, el salto que pegó el dólar entre 2013 y 2015 y los controles de cambio atentaron contra el negocio, por lo que el tráfico alcanzó mínimos históricos para Andes. En ese escenario, se sumaron medidas de fuerza gremiales por disputas salariales y condiciones laborales.
Hacia mediados de 2015, la situación empezó a revertirse con un contrato que Andes celebró con Travel Rock, la firma de turismo estudiantil, para transportar alumnos de quinto año del secundario a Bariloche. Eso le dio un respiro: cerró el año con 176.000 pasajeros trasladados.
Con el cambio de gobierno y la mayor apertura del mercado aerocomercial, Andes ingresó en una segunda expansión, que la llevó a incorporar cuatro Boeing 737-800 y nueve destinos entre 2016 y 2017, cuando movilizó 246.000 y 641.000 pasajeros, respectivamente, mientras que en 2018 alcanzó un pico de 1,2 millones.
El crecimiento parecía no tener límites, hasta que la corrida cambiaria de ese año golpeó su capacidad financiera para afrontar leasings en dólares, lo que -sumado a la llegada de las low-cost, la liberalización del piso tarifario, el alza del petróleo y una economía en crisis- provocó que la empresa se desprendiera de los Boeing y despidiera personal. Otros dos factores que influyeron en su caída fueron la pérdida del contrato con Travel Rock en 2019 y una deuda millonaria con Chubut.
Su red quedó reducida a Buenos Aires, Salta, Bariloche, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn y Mendoza, mientras que su flota operativa antes de la suspensión de sus vuelos a fin de 2019 era de dos aeronaves. Alrededor de 250 empleados quedaron con salarios adeudados. El último vuelo se realizó el 18 de marzo de 2020, en la ruta que une el Aeroparque Jorge Newbery con Puerto Madryn.
El anterior indicio sobre un potencial reinicio de sus vuelos había sido en octubre de 2020, previsto para fin de ese año. A su vez, en febrero de 2022 surgió el rumor de que la aerolínea de bajo costo brasileña Nella Airlines había estado negociando su adquisición, hecho que luego se desestimó. Finalmente, y después de seis meses del último anuncio, Andes volvió el fin de semana.
Tu opinión enriquece este artículo: