“La flexibilización del cepo va a depender del nivel de reservas que puedas obtener. Tenés que esperar el acuerdo del FMI para poder proyectar reservas y flexibilización”, revela a El Cronista una alta fuente del gabinete económico.
En el Banco Central la primera flexibilización que tomarán será la de priorizar el acceso al MULC para las importaciones para la producción. De todos modos, saben que, seguramente, va a disminuir el deseo de precancelar deuda comercial, que era lo que más les presionaba hasta ahora.
Por lo pronto, ya se están acelerando casos que estaban trabados de pagos de importaciones que eran por pedido de excepción. Los casos especiales ya salen casi todos. Según manifiestan en el Central, se normalizó casi todo.
Sin embargo, en el Gabinete Económico reina la cautela: son conscientes de que todavía no entra un sólo dólar: sólo dejan de salir. Y en realidad con el default ya no salían. “Hay que esperar”, dicen en los despachos oficiales, y lo ejemplifican: “La mejor defensa se arma desde atrás y desde ahí se puede avanzar”.
La idea es empezar con la flexibilización al pago de importaciones, de modo que pase de u$s 1 millón actual a u$s 2 millones una vez que se firme el acuerdo, a fin de mes. Sin embargo, voceros del BCRA dicen que hoy no hay nada en estudio.
“Eso debería de tener menos impacto en las reservas que si se sube el cupo de los u$s 200 en la compra personal”, estiman en el Gobierno.
Se calcula que el mes pasado unas 4 millones de personas compraron u$s 750 millones con el cupo de los u$s 200, y por lo visto en los dos primeros días de agosto, se proyecta que este mes puede llegar a terminar con un récord de 5 millones de personas comprando casi u$s 1000 millones.
Por lo tanto, si se duplicara el cupo de u$s 200 a u$s 400, serían u$s 1000 millones adicionales que sufrirían las reservas del Banco Central, cuando hoy netas quedan apenas u$s 8000 millones.
“Si duplicaran el cupo de u$s 200 a u$s 400 se iría todo el saldo positivo de la balanza comercial por ese ducto. Deben dar una señal en beneficio de la economía real, pero de forma gradual, por lo que estimo habrá una mayor apertura para los insumos importados que son necesarios para la industria”, comenta el ex subsecretario de Industria, Miguel Ponce.
A su criterio, habrá una flexibilización selectiva, de bienes intermedios y todas las piezas indispensables para el proceso productivo , pero un freno a los productos terminados del exterior, como juguetes, calzado y textiles.
Ahora, de la mano del relanzamiento de Procrear, crecerá aún más la venta de materiales para la construcción, donde se requieren de insumos importados, ya que si bien hay nacionales, se fabrican con piezas extranjeras.
Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores, pide políticas económicas activas que permita desarrollar la capacidad instalada.
“No creo que amplíen nada hasta que no vean que entran dólares a las reservas”, afirma un banquero.
“Es probable que para importadores abran un poco más el cepo, sobre todo para pagos diferidos, hoy totalmente trabados. Vamos por ese lado. Pero hay que tener presente que el campo se retira del mercado hasta enero. Van a necesitar que las empresas urgente salgan a colocar en el exterior, y eso lleva tiempo”, dicen en la City.
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