Las sierras, la piedra movediza y los salames son algunos de los atractivos que la ciudad bonaerense de Tandil les ofrece a sus visitantes. Pero, a partir de ahora se sumará un nuevo producto regional que contará con el privilegio de poder llevar el nombre de la ciudad en la etiqueta. Es que tras un trámite que llevó poco más de un año y medio, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) aprobó hoy la indicación geográfica (IG) Tandil, mediante la publicación de una resolución en el Boletín Oficial.
La IG fue impulsada por la Asociación de Productores Vitivinícolas de Tandil (APVT), que fue creada en 2022 y está integrada por 15 viñedos y la bodega Cordón Blanco, la única que hoy tiene producción comercial en la zona.
"La idea de tener una IG viene desde hace mucho. Yo había intentado hace un tiempo, pero sin entidades públicas o una asociación detrás que dieran respaldo se hacía muy difícil. Poder poner Tandil en la etiqueta ayuda a vender, porque es una ciudad conocida por su gastronomía", dice Matías Lucas, fundador de Cordón Blanco junto con sus hermanos Mariano y Valeria.
Fue precisamente a raíz de esa complicación que se decidió formar la APVT y comenzar el trámite que permitiera a la ciudad bonaerense un reconocimiento como región vitivinícola. Para presentar el pedido en el INV se hizo un relevamiento geológico, climático y de condiciones de suelo, entre otros aspectos, que le dieran sustento.
Características de la zona
El desarrollo de la IG llevó un año y medio de trabajo de profesionales de áreas diversas que tuvieron que explicar cómo es Tandil como zona y de qué manera el clima, el suelo y la geología impactan en el producto final. Por el momento, Cordón Blanco será la única beneficiaria de esta resolución, pero la expectativa es que más productores comiencen a hacer vinos y a comercializar sus productos.
En la zona, explica Lucas, hay cerca de 20 viñedos. Y ya hay al menos tres proyectos que empezaron con las pequeñas vinificaciones de unas 300 botellas como ensayo.
La bodega Cordón Blanco fue fundada en Tandil en 2008
"Cordón Blanco es la única bodega que está funcionando. Empezamos en 2008 y la primera producción la hicimos en 2012. Hoy elaboramos entre 5000 y 8000 botellas al año. Los otros proyectos arrancaron hace unos ocho años y recién ahora están empezando con los ensayos. El reconocimiento de la ciudad como zona de elaboración de vinos puede darles un empujón", agrega.
El principal problema para el crecimiento está en los costos de implantación de las vides, que rondan los u$s 40.000 por hectárea. Sin embargo, el impulso que le puede dar la IG puede ser un incentivo para realizar la inversión, dice Lucas.
Variedades
Las variedades plantadas en la región son cabernet franc, carmenere, syrah, sauvignon blanc y merlot. Y por las características de suelo y clima, Tandil puede ofrecer vinos de alta acidez y baja graduación alcohólica.
"Son vinos frescos y fáciles de tomar, que es justo lo que está de moda ahora. El consumo está virando al pinot noir o al merlot que tienen estas mismas características", cierra.
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