Al analizar esta nueva empresa fusionada -sostiene Enrique Carrier- hay dos puntos donde los distintos reguladores inevitablemente deberían pronunciarse:
La concentración de banda ancha, “no solo teniendo en cuenta la cantidad promedio de usuarios a nivel país sino las áreas donde se dará mayor concentración”, como Córdoba Ciudad.
La suma del espectro, “no tanto por lo de Nextel, que es un porcentaje menor, sino porque la fusión podría concentrar más de lo conveniente”.
Para el especialista, la Comisión de Defensa de la Competencia deberá expedirse claramente sobre el primero de los puntos porque “el corazón del conflicto en esta fusión es la concentración en banda ancha”, acota.
Para evitarlo, analiza, hay dos alternativas: la primera es exigir una desinversión, “que en todas las zonas donde haya superposición de redes alguna de las empresas se desprenda de instalaciones para que haya al menos dos competidores”.
La otra, que es técnicamente más compleja, “es exigir que en esas zonas la red esté abierta para condiciones favorables para el ingreso de los competidores”, afirma. Por ejemplo, si Claro quisiera dar internet en Córdoba podría usar la red.
“Esto sería establecer algún tipo de regulación asimétrica, donde quien tiene condiciones para estar en el mercado pueda hacerlo sin que aquel que tenga posición dominante se desprenda de sus bienes”, explicó.
Carrier sostuvo que la desinversión es posible: “No es simple, como tampoco será simple fusionar ambas empresas. Pero todo se puede hacer, será más simple o no, más barato o no”, sostuvo.
“La fusión no es mala per se”
“No me parece mal, per se, la fusión; es parte de un proceso de convergencia donde hay complementación de distintos servicios”, sostuvo Carrier, diferenciándose de algunos otros especialistas. Por caso, Martín Becerra asegura que la concentración será “aún más elevados en las zonas de mayor poder adquisitivo y concentración demográfica”.
Carrier asegura que claramente el acuerdo Telecom-Clarín tendrá un impacto en los consumidores (“especialmente en internet de banda ancha”, reiteró), y que la cuestión genera consecuencias políticas internas pero también externas. “Se verá qué mensaje le envía el Gobierno a los inversores extranjeros, ya que las grandes compañías de telecomunicaciones que pueden invertir son extranjeras y estarán viendo cómo se da el proceso de regulación”, explicó.
“Nada impide que Telefónica compre Supercanal o Telecentro” para buscar ingresar al cuádruple play, dice. Y acota: “(la fusión) puede ser algo positivo si está bien implementada porque los competidores algo deben hacer; renovar inversiones para modernizar redes, adquirir otros operadores para avanzar la oferta, etcétera”, dice.
El 31 de agosto será la asamblea de accionistas de ambas empresas y se descuenta que aprueben el anuncio que hasta ahora se hizo a nivel de directorio.
Después vendrá la revisión de la Comisión Nacional de Valores -ambas compañías cotizan en Bolsa -, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), que tallará fundamentalmente sobre la concentración de espectro (lo más técnico) y de la Comisión de Defensa de la Competencia. A eso puede sumarse pedidos de informes que salgan de las comisiones bicamerales del Congreso, que no son definitorias en materia de la aprobación o no de la fusión, pero que pueden generar impacto mediático.
La anunciada fusión entre Telecom y Clarín dejará en manos de una única empresa el 42% de la telefonía fija, 34% de la móvil, 56% de las conexiones a Internet y 40% de la televisión paga. A partir de septiembre la cuestión empieza a definirse. (GL)
Crece la idea que Telecom o Cablevisión deberán vender (o alquilar muy barato) sus redes en Córdoba
El consultor en telecomunicaciones Enrique Carrier asegura que -de aprobarse la fusión- la nueva empresa deberá desinvertir en áreas de mayor concentración, como la ciudad de Córdoba. No obstante, en diálogo con InfoNegocios, sostuvo que el acuerdo anunciado puede ser un “dinamizador” de la competencia. ¿Por qué? La respuesta, en la nota completa.
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