“Nuestros clientes suelen venir por el cafe y se enamoran de los espacios y la propuesta estratégica”, resume Claudia Aburto, directora de Starbucks Sudamérica, para explicar la fidelidad y la recurrencia de sus consumidores.
A mitad camino entre un coworking o una oficina “a lo Google” y el living de tu casa, Starbucks trabaja el concepto de “tercer lugar”: son un intermedio entre tu hogar y tu trabajo, un espacio descontracturado, donde podés estar horas con un café, trabajando, charlando con una cita amorosa, laboral o simplemente haciendo nada, viendo pasar la vida.
“Hemos mantenido un promedio de crecimiento que oscila entre 10 y 15 tiendas nuevas por año. No obstante, aspiramos a superarnos en los años que vienen, con la intención de llevar la experiencia Starbucks a un mayor número de localidades a lo largo y ancho de nuestros países donde operamos”, agrega Aburto desde la sede de Alsea en Santiago de Chile, siempre fiel al espíritu de la marca de dar pocas precisiones sobre su planes y aperturas.
Claudia Aburto, directora de Starbucks
En la región que denominan Sudaḿerica, Alsea (mater franquiciada de Starbucks) consolida 5 países con 382 tiendas:
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Chile: 161 locales y 2.000 empleados
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Argentina: 132 locales y 1.700 empleados
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Colombia: 70 locales y 600 empleados
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Uruguay: 16 locales y 210 empleados
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Paraguay: 3 locales y 45 empleados
En Argentina, la cadena (siempre con operación centralizada) está presente en Buenos Aires, La Plata, Rosario, Córdoba, Mendoza y -próximamente- se sumará Mar del Plata.
El formato de tiendas de Starbucks incluye distintas configuraciones según están a la calle, en centros comerciales, dentro de otros negocios y hasta con la opción de drive thru (para llevar desde el auto)..
En todas las tiendas la ofertas de bebidas es estandarizada (y puede personalizarse con distintos añadidos), pero la gastronomía se adecúa a cada mercado. En Argentina no solo ofrecen medialunas sino también “Mafaldas”, medialunas con jamón y queso.
“Messi, aquí está su late”
Uno de los sellos distintivos de la experiencia Starbucks es anotar el nombre del cliente en sus vasos y sobre eso le preguntamos a Aburto:
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¿Es verdad ese rumor de que escriben mal los nombres de los clientes para generar más repercusión en redes sociales?
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No. No había escuchado ese rumor. Sí es verdad que apuntamos el nombre que el cliente nos dice y así hemos servido bebidas a “Superman”, a “Messi” y a tantísmos más por el estilo.
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