En la nueva entrega de las proyecciones económicas del FMI, se observa un debilitamiento generalizado en la actividad económica tanto en las grandes economías como en emergentes.
Detrás de este fenómeno, se hace un fuerte hincapié en la existencia de un enfriamiento de la producción industrial que está afectando a la performance económica global.
Sobre las razones de esta dinámica negativa, se remarca la fuerte desaceleración en la producción y venta de automotores debido a factores ambientales, como así también la baja confianza de las empresas debido a la Guerra Comercial y una contracción de la demanda agregada en China. Sin embargo, se destaca en este contexto la resiliencia que viene presentando la actividad del sector servicios o terciario, que ha permitido apuntalar la creación de empleo y la confianza de los consumidores en el mundo.
De esta manera, el FMI redujo su proyección de crecimiento mundial, ubicándola en 3% para el año 2019, un 0,3% menor a la publicada en abril de este año y la más baja desde el año 2009. Además, los técnicos del FMI también hacen foco en torno a cuestiones como la reducción observada en el ritmo de crecimiento de EEUU, como así también en el impacto de los aranceles impuestos desde EEUU a otros países y la posibilidad de una salida sin acuerdo del Reino Unido de la Unión Europea.
Finalmente, asumiendo el apoyo de políticas fiscales y monetarias expansivas junto con cierto optimismo de los mercados financieros y el desvanecimiento de algunos de los focos de riesgo, el FMI proyecta un crecimiento en 2020 en torno a 3,4%. En el mediano plazo, se espera que el crecimiento global se ubique en una velocidad crucero de 3,6%, de la mano también de una normalización duradera de los mercados emergentes que hoy están en problemas.
Pronósticos de crecimiento para las economías emergentes
Para los emergentes en su conjunto, el FMI espera que su tasa de crecimiento toque un piso de 3,9% en 2019, para luego ubicarse en un 4,6% en 2020. Sin embargo, se estima que el principal motor de este avance sean los países asiáticos, dado que se prevé que América Latina crezca apenas un 0,2% este año (1,2% por debajo a la proyección elaborada en abril) y un 1,8% en 2020.
Sobre las razones de esta sustancial revisión a la baja, desde el organismo señalan el deterioro de los pronósticos sobre Brasil debido a trastornos en la oferta de productos mineros, como así también por la pérdida de confianza e incertidumbre sobre políticas futuras y condiciones de financiamiento externo tanto en México y Argentina.
En cuanto a las principales variables de interés para Argentina, el FMI proyectó un decrecimiento del PBI para 2019 y 2020 del -3,1% y -1,3%, respectivamente.
Finalmente, los técnicos esperan una inflación de 54,4% para 2019 y de 51% para 2020, junto con un déficit de cuenta corriente del -1,2% en 2019 y un superávit de 0,3% hacia 2020.
¿Qué esperar de los mercados financieros globales?
Si bien al momento predominan en el mundo las políticas monetarias expansivas, desde el FMI señalan que los mercados financieros son susceptibles a sufrir abruptas caídas en la confianza. Estas últimas, podrían ser generadas por factores como un nuevo aumento en las tensiones comerciales, como así también por una prolongada incertidumbre sobre la política fiscal y el endeudamiento de países problemáticos junto con dificultades para llevar adelante procesos de ajuste macroeconómico en donde son necesarios.
Asimismo, los técnicos señalan que, si bien las políticas de bajas tasas de interés han favorecido la creación de empleo en el mundo, podrían conducir a futuro a una subestimación de los riesgos en algunos segmentos de los mercados financieros. Esta postura, se fundamenta en que en los tiempos de bajas tasas de interés, los activos riesgosos como acciones globales y emergentes, como así también bonos soberanos latinoamericanos se ven fuertemente favorecidos.
¿Qué sucede con Brasil?
En línea con la actitud de la mayor parte de los bancos centrales del mundo, en Brasil también se están llevando adelante recortes en las tasas de interés de referencia. Asimismo, en el informe del Fondo se señala la reducción de los “diferenciales soberanos” de los bonos brasileños, lo que implica una reducción en los rendimientos por aumento en los precios de los títulos. Entre las razones detrás de este fenómeno, se destaca el optimismo que genera el hecho de que finalmente se apruebe la Reforma Previsional.
Finalmente, desde el FMI remarcan que la mencionada reforma es “un paso esencial para garantizar la viabilidad del sistema de seguridad social y la sostenibilidad de la deuda pública”, a la vez que sugieren la continuidad de una política de bajas tasas de interés para respaldar el crecimiento económico siempre que la inflación permanezca en niveles moderados.
Hacia adelante, se proyecta un crecimiento del PBI brasileño del 0,9% en 2019 y del 2,0% en 2020, en un contexto inflación en baja junto con una reducción en los déficits de cuenta corriente y del desempleo.
Como comentario final, debido al contexto actual de Argentina que enfrentan los inversores minoristas locales, favorecemos las inversiones en empresas de Brasil en el mercado local a través de los instrumentos conocidos como CEDEAR.
Asimismo, también se pueden canalizar inversiones en bonos brasileños desde las cuentas comitentes radicadas en Argentina a través de Fondos Comunes de Inversión LATAM que tengan exposición a activos brasileños.
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