Las pipas de alta calidad habitualmente son de Raíz de Brezo, arbusto que crece a orillas del Mediterráneo y es sometido a un minucioso tratamiento de estacionamiento, cocción, fermentación y secado.
El humo de la pipa no se traga; se degusta en el paladar. Las papilas gustativas se encuentran en la boca; no en los pulmones.
La primera pipa debe ser liviana, de capacidad media, no muy corta y preferentemente recta.
La elección del tabaco es tan personal como la elección de un vino.
Para comenzar, es conveniente elegir una mezcla suave y aromática, de corte grueso y bajo porcentaje de humedad.
Para cargar correctamente la pipa, el tabaco debe introducirse en el hornillo de a pequeños pellizcos, casi sueltos en el fondo, y presionando cada vez más a medida que se va llenando. Si la pipa fue bien cargada el tiraje debe ser suave, de lo contrario, conviene vaciarla e intentarlo nuevamente.
La pipa se debe encender con fósforos de madera o encendedor a gas.
Los encendedores a bencina no son recomendados, ya que pueden alterar el sabor del tabaco.
Son recomendables los encendedores a gas, de llama lateral.
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