El celular puede ser hoy un gran aliado dentro del aula, no sólo como un dispositivo de acceso a la información, sino también como un espacio de construcción colectiva que ayude a reflexionar sobre valores, conductas sociales, uso responsable, normas de comunicación y respeto mutuo, sostienen desde la Universidad Siglo 21.
En este escenario, la docente Laura Rosso, explica el potencial del uso del celular en las clases y en el aula. Según la docente, es importante reflexionar en un contexto en el que los alumnos pasaron a ser prosumidores de contenidos, es decir, usuarios que no sólo quieren consumir información sino también producirla y compartirla.
Al momento de utilizarlo como recurso pedagógico, la Universidad Siglo 21 brinda 5 recomendaciones:
- Consensuar normas de convivencia y comunicación. Si se crea un grupo de Whatsapp para compartir información, resultados o actividades es conveniente pautar normas de participación, tiempos para la misma, horarios de disponibilidad así como también cosas que no se aceptarán.
- Utilizar el celular como medio de consulta de temas o conceptos nuevos para el grupo. Enseñar a partir de ello cómo evaluar la veracidad de las fuentes de consulta a partir del análisis crítico y comparativo.
- Incorporar las diversas aplicaciones para hacer recordatorios importantes a los alumnos: fechas de entrega de trabajos prácticos, exámenes y cualquier otro evento que implique una planificación previa. Esto puede ayudar a lograr una agenda equilibrada para el estudiante de los primeros años.
- Usar el dispositivo como medio de acceso a la información importante para el grupo, ya sea mediante audios, imágenes, videos, textos o a través del acceso a sitios de almacenamiento en la nube, carga y descarga de materiales, etc.
- Proponer consignas que impliquen compartir en el ámbito público lo que se está logrando y aprendiendo como grupo. Es una buena práctica que, finalizada la clase, se acuerde compartir lo aprendido en una red social de manera de generar contenido útil para la comunidad. Twitter por ejemplo fomenta habilidades comunicativas en pocas palabras. El desafío es hacer público el aprendizaje en sólo 140 caracteres. Instagram permite lo mismo, pero además agrega la posibilidad de subir una imagen.
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