Alberto mostró más cartas en la Mediterránea: canje de deuda sin quita y reactivar sin recalentar la inflación

El aplauso de bienvenida fue tibio y el de despedida más entusiasta. En el medio pasó el discurso de Alberto Fernández en la Fundación Mediterránea: sentido común, moderación, ortodoxia y voluntarismo.

Alberto Fernández se saluda de manera efusiva con Pía Astori, presidente de la Fundación Mediterránea.
Alberto Fernández se saluda de manera efusiva con Pía Astori, presidente de la Fundación Mediterránea.

Ingresó esquivando el contacto con la prensa y se fue entre bambalinas sin hacer declaraciones. El paso de Alberto Fernández por el almuerzo de la Fundación Mediterránea dejó satisfechos a los empresarios presentes: se mostró más ortodoxo que keynesiano y dijo con claridad: “No me hablen a mí de la importancia de los superávit gemelos (fiscal y mercado externo), porque fui Jefe de Gabinete durante los únicos 5 años que se consiguieron. Estoy más convencido de eso que ustedes”.


Fernández transitó su discurso en delicado equilibrio entre marcar los errores de Macri y Cambiemos (endeudamiento y alta inflación) y dejar un mensaje de optimismo: “Nos hemos levantado tantas veces… este es un pueblo tremendo”, expresó en tono de campaña.

En las definiciones “duras”, se consolida la idea de ir a un canje de deuda “a la uruguaya”, con consenso con acreedores, sin quita de capital, pero estirando los plazos para salir del ahorcamiento financiero de los próximos vencimientos. “Tenemos que ganar tiempo para volver a crecer”.

Y sobre cómo reactivar la economía, subrayó su diagnóstico: el 70% de lo que se produce en Argentina se destina al mercado interno, por lo que hay que volver a motorizar el consumo. Acto seguido hizo un asterisco a esta política: es un sendero para andar con cuidado para no echar nafta al fuego de la inflación.

Sobre cómo manejará la política monetaria en este intríngulis de necesidades en tensión (reactivar el consumo y mantener o bajar la inflación), poco o nada dijo. Remarcó que las tasas de interés actuales son insostenibles, pero no abundó sobre cómo bajarlas sin generar un pase al dólar de los pesos que no encontrarían anclaje con tasas más bajas.


Para Fernández, los dólares que necesita la economía argentina deben venir de más exportaciones y no de endeudamiento. Dejó entrever que el “cepito” de Cambiemos seguirá (¿se profundizará?) en un eventual gobierno de Todos.

La clave para “desinflacionar” la economía mientras se reactiva el consumo pasa -para el candidato- por una acuerdo de precios y salarios entre gobierno, sindicatos y empresas que trace un escenario de aterrizaje suave de las expectativas de inflación (hoy el país está arriba 55% de IPC anualizado).

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