Todo movimiento es relativo. Con la proyección de inflación a la baja, “por primera vez desde la pandemia los aumentos salariales proyectados por las empresas superan a la inflación prevista”, dice un informe de la consultora Mercer a partir de un relevamiento realizado entre 481 compañías con operaciones en el mercado argentino.
“El contexto local da un giro novedoso: debido a la fuerte baja en la expectativa de inflación para lo que resta de 2024, los aumentos proyectados por primera vez superan a la inflación proyectada para el mismo período. De hecho, la última vez que observamos esta situación fue durante la pandemia. No obstante, es importante tener presente que el nivel de inflación anual proyectado es alto (190%) y sigue siendo una amenaza importante para la erosión del poder adquisitivo de los salarios”, resume Mercedes Bernardi, gerente SR de Desarrollo de Nuevos Negocios de Mercer Argentina, Uruguay y Paraguay.
En este contexto, la alternativa de otorgar 6 o más ajustes salariales al año sigue siendo la más prevalente, mientras que un 17% de las empresas traslada la inflación al 100% en sus ajustes. Por otra parte, un 14% de empresas informó que no cuentan con un presupuesto anual definido.
“Esto demuestra una vez más la necesidad de monitoreo constante y la capacidad de maniobra. La última palabra no está dicha y las organizaciones reconocen tener los presupuestos para lo que resta del año aún abiertos y en revisión”, agrega Bernardi.
Aunque el gobierno postula un rebote en “V” de la caída de actividad por el ajuste en el sector público y el frente monetario, el consenso de los economistas no ven que el consumo pueda ser un motor relevante y rápido este año, entre salarios formales atrasados e informales todavía peor.
Las exportaciones mejorarán en relación a 2023 por la mejor cosecha (sin sequía) y las inversiones seguramente demorarán en llegar, si es que el panorama sigue favorable (hay suficiente capacidad instalada y con la demanda en caída).
Descartada la “V” para muchos, los optimistas piensan en un “U”, con un valle prolongado hasta fin de año y mejoras en el último trimestre y camino a 2025.
Más creativos, otros postulan una recuperación en “pipa de Nike” con una recuperación lenta en el tiempo, quizás durante buena parte de 2025, lo que complicaría la ilusión del gobierno de “barrer” en las próximas legislativas.
Además de la recuperación salarial del sector formal a partir de la baja de inflación prevista, los optimistas podrían pensar en cierta recuperación del sector informal si se aprueba la reforma laboral que se trata junto a la Ley Bases.
Para Caputo también es clave el regreso del crédito y que los bancos “vuelvan a hacer de bancos”, impulsando tanto la financiación del consumo (casi inexistente hoy) y la de bienes muebles (automóviles) e inmuebles (hipotecarios).
El informe completo de Mercer, aquí
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