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Cielo y tierra se unen en el Campo Hotel Nono Luigi, en la ciudad de Oncativo. Allí, un empresario convertirá dos aviones en ocho habitaciones de lujo, únicas en el país.
Una de las aeronaves ya está en el predio. “La otra llega este jueves. Salió a las 14 del aeropuerto de Córdoba, pero no volando”, aclaró entre risas Oscar Scorza, dueño de los aviones y de la firma Econovo, que fabrica maquinarias y herramientas especializadas en servicios de higiene urbana.
Ambos aviones se sumarán a la oferta del Hotel Nono Luigi, una residencia de campo con fines turísticos que el empresario tiene en la zona rural de la ciudad de Oncativo.
Habitaciones VIP
Los aviones serán reconvertidos en habitaciones de lujo, como emprendimiento turístico.
Según contó Scorza, todas las habitaciones tendrán jacuzzi en el balcón, y espejos e inodoros inteligentes, entre otras atracciones. “También tendrán una manga exactamente igual a la de los aeropuertos, con sala de espera incluida”, señaló.
Scorza cree que todo estará listo para fin de año. Se trata de algo inédito: “No existe una propuesta igual en el país, y en el mundo hay muy pocas. La gente podrá cumplir la fantasía de hospedarse en un avión, que ya no vuela”, expresó.
Otro avión, que ya es boliche
En diciembre de 2022 Scorza ya había montado un boliche en otro avión, que también instaló en el predio de su hotel en Oncativo.
La inauguración del boliche en un avión se hizo con unos 400 invitados. El viejo avión comercial sin uso de la desaparecida firma Southern Winds pasó a llamarse 1880, en alusión al año de nacimiento del bisabuelo del empresario.
Aunque podría pensarse que comprar un avión es muy caro, el empresario asegura que las aeronaves, desde hacía años en desuso ya, no son costosas.
En la subasta pública que se realizó en noviembre de 2019 las tres aeronaves fueron compradas por la firma “Prensadora Ciudadela”. Según trascendió, pagaron en total 453.000 pesos de aquel momento.
Luego de no encontrar un destino, y vencidos los plazos para removerlos del aeropuerto, empezaron a ofrecerlos. Hasta que Scorza se interesó.
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