Ante la inminente amenaza que significa el COVID-19 (no solo para las personas, sino también para la economía), Air New Zealand estuvo rápida de reflejos y logró firmar acuerdo con el estado neozelandés. Mediante el mismo, el gobierno les garantizó la financiación de deuda por hasta $ 900 millones y la capacidad de retirar fondos en caso de que sus reservas de efectivo caigan por debajo de un umbral mínimo, para respaldar las operaciones comerciales.
Según dio a conocer la empresa aérea mediante un comunicado de prensa, el préstamo se realizará en dos partes: “Un tramo de US$ 600 millones con una tasa de interés efectiva inicialmente entre 7% y 8% anual, y un segundo tramo de US$ 300 millones con una tasa de interés efectiva del orden de 9 % anualmente”; este crédito estará disponible por un período de 24 meses. A su vez, las tasas de interés efectivas en ambos tramos aumentarán un 1% si la instalación permanece después de 12 meses.
Lógicamente, la firma deberá responder a ciertas condiciones previas; entre ellas, se incluye:
- El acuerdo de un plan financiero operativo con el Gobierno (y otras condiciones documentales precedentes).
- La cancelación del dividendo a cuenta de 2020 de 11 centavos por acción (que equivale a un total de US$ 123 millones), y que ya ha sido realizado por la Junta de Air New Zealand.
- Respetar la capacidad del Gobierno de solicitar el reembolso mediante un aumento de capital por parte de la aerolínea después de seis meses, o convirtiendo el préstamo a capital (sujeto al cumplimiento de las leyes y cualquier aprobación reglamentaria y/o de accionistas necesaria).
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