Ambos representantes de la sociedad coincidieron en lo mismo: "Nos une la admiración, el trabajo y la búsqueda de revalorización del lugar donde vivimos”. Así, Seba Zuccardi y Javier Rodríguez sellaban la alianza de la que surgió el Vino tinto de Montaña.
Según Zuccardi, el vino tiene que ver con la filosofía y los vinos del Papagayo. Lo eligieron dentro de lo que fue la cosecha 2017: es un vino de Gualtayarí, una región dentro del Valle de Uco, a 1.350 metros de altura.
Las condiciones del lugar donde nació Vino tinto de Montaña le aportan todas sus propiedades: tiene suelos pedregosos con gran contenido de calcáreo. Después fue guardado en concreto (a la vieja usanza) y almacenado en barricas de roble francés por un año y medio.
Según el mendocino, el nombre tiene que ver con que todo lo que pasa en esa zona está relacionado con la montaña: "Nos transforma en un desierto, nos da la altura, pero también nos da el agua para regarlo y los suelos sobre los que cultivamos vienen de la montaña. Somos parte de la montaña".
Se hicieron 2.500 litros que solamente se comercializan en El Papagayo (por ahora). Según Rodríguez, "tiene muy buena aceptación" y ya llevan muchas botellas vendidas. Puede adquirirse en el restaurante, para tomar ahí, a un precio de $ 1.300 o $ 950 para llevar.
¿Proyectos a corto plazo?
Si bien no se proyecta otro Papagayo en la ciudad, Javier Rodríguez contó algunos de sus planes: "vamos a tener una tienda del Papagayo, en el corto plazo" y agregó: "Vamos a vender nuestra cerámica, nuestros 3 vinos, el aceite de oliva, remeras de algodón orgánico, panes y libros... libros que nos gusten a nosotros".
Además, comentó que hay otro proyecto firme -pero para nada cerrado-, que es la creación de una publicación, una revista que salga 2 o 3 veces por año.
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