Para Carlos, todo fue nuevo desde el primer minuto. “Es la primera vez en mi vida que me subo a un crucero, así que ya de entrada todo era bastante novedoso y asombroso”, cuenta. La travesía partió desde Buenos Aires rumbo a Punta del Este, pero, según relata, el viaje empieza mucho antes de llegar al primer destino. “Desde que te subís al barco entrás en otro mundo”, resume.
La experiencia fue vivida como unas mini vacaciones soñadas: tres días donde todo está resuelto. “La comida, las bebidas, los horarios, las actividades… vos solamente tenés que elegir qué es lo que querés hacer en cada momento. No pensás en nada”, explica. Ese formato all inclusive, poco frecuente para muchos argentinos, fue uno de los grandes diferenciales.
Otro punto que destaca es el nivel de servicio a bordo. “Lo que más me sorprendió fue la comodidad y la atención. Todo el tiempo hay alguien dispuesto a ayudarte, con buena onda y una sonrisa”, señala. La tripulación (con fuerte presencia italiana e india), fue parte central de la experiencia: “Súper cálidos, muy humanos, te hacen sentir cuidado y bienvenido en todos los espacios del barco”.
Pero el gran plus, claro, fue La K’onga. Verlos tocar en altamar fue, para Carlos, algo completamente distinto a cualquier recital previo. “Primero en un show a cielo (o mejor dicho, a mar) abierto, y después en el teatro del barco, que es un lugar hermoso. Es una mezcla rarísima y hermosa entre fiesta, viaje y espectáculo”.
Más allá de los recitales, el crucero ofrece de todo: piletas, espacios para descansar y tomar sol, bares de distintos estilos, propuestas gastronómicas variadas y actividades durante todo el día. “Podés estar activo todo el tiempo o tirarte a no hacer absolutamente nada, y las dos cosas sentís que están igual de bien”, resume.
Y hay un detalle que no pasa desapercibido: la vida social que se genera a bordo. “Conocés gente, charlás con otros pasajeros, con la tripulación, compartís historias y risas. Se arma como una pequeña comunidad por unos días, y eso es muy lindo”.
Al final del viaje, el balance es claro. “Estoy muy agradecido a InfoNegocios. Fui sin expectativas claras, solo con la curiosidad de ver qué era un crucero, y volví totalmente encantado. Fue una experiencia hermosa, muy disfrutable, distinta… y que recomiendo muchísimo”.
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