Shhh… Silencio, por favor...
Puede ser el ruido de los autos, el ladrido de los perros del barrio o simplemente el “timbre” de voz de los vecinos pero, sea lo que sea, no hay razón por la cual soportar sonidos molestos. Para ello, en nota completa te contamos cómo podés equipar tu casa para disminuir la recepción sonora y mejorar tu calidad de vida (¡y humor!).
Puede ser el ruido de los autos, el ladrido de los perros del barrio o simplemente el “timbre” de voz de los vecinos pero, sea lo que sea, no hay razón por la cual soportar sonidos molestos. Para ello, en nota completa te contamos cómo podés equipar tu casa para disminuir la recepción sonora y mejorar tu calidad de vida (¡y humor!).