Todos se quieren ir de Argentina

(Por Pablo Esteban Dávila - Diario Alfil) “A río revuelto, ganancia de pescador”, razona Luis Lacalle Pou, el presidente de Uruguay. Ya ni siquiera disimula los intentos por convencer a los argentinos con mejor poder adquisitivo de cruzar el charco y radicarse en su país. Denomina esta especie de anzuelo vecinal como “vacaciones fiscales” que, en la práctica, consiste en importantes ventajas impositivas para quienes opten por residir en allí. Pero no se trata sólo de impuestos. La Banda Oriental ofrece mayor calidad de vida, más seguridad, mejores instituciones y una economía infinitamente más previsible que la de este lado del Río de la Plata. Y, por lo que se advierte a diario, son cada vez más los interesados en cambiar de orilla.

La explicación es simple: vastos sectores de la clase media, no sólo los ricos y famosos, están hartos de la Argentina. O, mejor dicho, de su gobierno. Están cansados de pagar impuestos confiscatorios, de vérselas con una inflación indomable y de mantener a crecientes sectores sociales que, por lo visto, prefieren los planes sociales a salir de la pobreza. Las tomas de tierras, públicas y privadas, han desnudado la precariedad del orden jurídico y de las dudas que les asaltan a quienes deben garantizarlo. Cada vez más personas están hastiadas de discutir el pasado y sin ningún futuro por el cual ilusionarse, para ellas o sus hijos. Es una situación de desesperanza contagiosa, que mueve a observar con asombro y admiración a países que, hasta hace no tanto, se miraban de soslayo.

El caso de los más pudientes es paradigmático. En general, todas las naciones de occidente compiten por quienes más tienen. No únicamente por lo obvio, esto es, sus fortunas y prestigio, sino también por su generosidad. Bill Gates, el celebérrimo fundador de Microsoft, hace tiempo que se encuentra en campaña para que los multimillonarios estadounidenses donen parte de su patrimonio en vida para causas benéficas y el dueño de Claro, el mexicano Carlos Slim, acaba de hacer un aporte sustancial para la producción de la vacuna contra el Coronavirus entre México y, paradójicamente, la Argentina.
 


Aquí, por el contrario, se los quiere multar por haber ganado dinero. No es otra la explicación del impuesto a la riqueza que patrocina nada menos que Máximo Kirchner, ni la filosofía que subyace al pensamiento de Alberto Fernández -enarbolado ayer en San Juan- sobre que “no es verdad que el mérito nos permita crecer, como nos han hecho creer”. Son los símbolos de la incomprensión que campea por estas tierras respecto a la iniciativa privada, los ricos y la riqueza. No sorprende que Marcos Galperín, dueño de Mercado Libre y quizá el empresario local más notable de las últimas décadas, haya decidido aceptar el convite uruguayo y radicarse allí donde se celebra el éxito individual.

Los deseos personales de dejar atrás tanta frustración colectiva son replicados, con mayor intensidad, por grandes e icónicas empresas privadas. Desde diciembre del año pasado hasta la fecha la lista de importantes compañías que han tachado a la Argentina de sus intereses no ha hecho otra cosa que engrosarse. Sólo por mencionar algunas: LAN Argentina, Qatar, Emirates, Basf y, recientemente, Falabella y Sodimac. Wallmart hace rato que quiere tiró la toalla y busca interesados para vender su operación. Pronto habrá más corporaciones dispuestas a marcharse y menos argumentos para impedirlo.

No es una destrucción capitalista del tipo schumpeteriana, en donde al ocaso de algunos sectores obsoletos le sigue el nacimiento de otros más dinámicos y competitivos. Nada de eso. Los que se van no son reemplazados por nadie con intenciones de radicarse. Ni individuos ni empresas. Tampoco los despedidos son contratados por nuevos y ambiciosos jugadores. ¿Por qué alguien, en su sano juicio, invertiría en Argentina con este contexto político? Esto explica que la tasa de inversiones extranjeras directas (IED) sea prácticamente inexistente, toda una señal sobre la confianza que despierta el país en el mediano plazo.

¿Debería sorprender tal estado de cosas? En absoluto. En la agenda gubernamental no está contemplada ninguna iniciativa a favor del mercado ni de la vida empresaria. Ni reforma del sistema impositivo, ni estabilidad jurídica ni el menor indicio de un plan económico. Los ingresos personales, medidos en dólares son despreciables, lo cual configura un mercado interno sin posibilidades. Las tasas de interés son siderales y el componente ideológico del Frente de Todos no augura otra cosa que populismo e improvisación. La política internacional de la Casa Rosada, para agregar sinsabores, es errática y diletante, bien lejos de los grandes centros de poder. Dado que el capital es experto en mudanzas intempestivas, nada hace suponer qué razones impedirían a otras grandes empresas a imitar a las que ya se fueron, mudándose hacia horizontes más comprensivos.
 


Todo esto es doloroso, y no sólo por una pasión tanguera. Desde mediados del siglo diecinueve hasta mediados del veinte, la Argentina fue una tierra deseada por inmigrantes, refugiados, perseguidos, capitalistas o proletarios. Incluso hasta hace poco, miles de venezolanos, cansados de una dictadura tan cruel como ineficiente, la eligieron para rehacer sus vidas. Pero este poder de atracción se encuentra extinto; el imaginario ahora es el opuesto: si pudieran, son muchos los que se irían sin dudarlo.

Jorge Luis Borges afirmó que los argentinos “venimos de los barcos”, enfatizando el particular linaje nacional, fuertemente cosmopolita, plebeyo e igualitario, como toda sociedad formada por personas de distintos orígenes y espiritualmente alejada de cualquier herencia aristocrática. ¿Qué queda de aquella genial ironía? Sólo nuestros apellidos. La sucesiva mala praxis gubernamental ha logrado el fenómeno inverso, esto es, añorar los países de nuestros ancestros como tablas de salvación o, en forma más prosaica, el deseo de convertir los veraneos en Uruguay en residencia permanente. No es magia; sólo se trata de un auténtico kirchnerismo.
 

El que sale a la hora 16 (y a otras horas, también): cómo opera y qué recorridos realiza el Tren de las Sierras (el tramo más caro a $ 160)

(Por Rocío Vexenat) Citando al gran Pappo Napolitano en su famosa canción "el Tren de las 16" (y tarareada por el mismísimo Pepe Argento en un capítulo de Casados con Hijos), el Tren de las Sierras es un servicio turístico que recorre todo el Valle de Punilla en la provincia de Córdoba. ¿Solo sale a las 16? No, tiene varias frecuencias, recorridos y horarios, y su particularidad es el tan bajo costo que tienen los pasajes a sus respectivos destinos. En la nota te cuento un poco más.

A los "pituquitos de Recoleta" (y a los "carrasquitos") les conviene vender y mudarse a Córdoba (a cuánto el m2 en las principales ciudades)

Los habitantes de los barrios más “pituquitos” de Buenos Aires, enfrentan un panorama inmobiliario que podría invitarlos a considerar nuevas opciones residenciales. ¿Por qué? Simple. Según el último relevamiento de ZonaProp y la Universidad Di Tella, los precios de los inmuebles ahí suben un 3% en dólares, mientras que caen un 33% en pesos ajustados por inflación, destacando la volatilidad y la compleja economía argentina. Buenos Aires se posiciona como la sexta ciudad más cara de América Latina en términos de precio por metro cuadrado. La primera es Montevideo. ¿Y si se mudan a Córdoba?

 

Casa FOA, la vidriera de Proaco para acercar marcas a Pocito Mall (el shopping abriría sus puertas a fin de año)

(Por Soledad Huespe) Mañana abre sus puertas al público Casa FOA, la segunda edición federal de la muestra de diseño y arquitectura más importante del país. La sede elegida es Pocito Social Life, el mega emprendimiento de Grupo Proaco. La apuesta de la desarrollista es grande: esperan que sea el empujón para que Pocito Mall (el shopping que se emplazará en el primer y segundo piso de la torre que asoma sobre Vélez Sarsfield) abra sus puertas en diciembre de 2024. Mano a mano con Lucas Salim, en el primer estudio de streaming montado en una muestra de FOA.

¿Disney o fiesta de 15?: con un dólar estable cuánto sale hoy el viaje mágico y soñado (mano a mano con Juan Toselli)

(Por Diana Lorenzatti) El dólar hizo la “plancha” y las quinceañeras la hacen en Cocoa Beach, una de las paradas incluidas en el viaje a Disney que ofrece la operadora cordobesa Toselli. En esta coyuntura, cómo repuntó este viaje soñado -a pesar de la crisis económica- y cuánto sale hoy. Lo comparamos con el que hacen a Europa, en este mano a mano con Juan Toselli.

Nala Masa Madre, el emprendimiento “de la Villa” de panes y pastelería artesanal (agroecológica y natural)

Victoria Vera es la creadora de este proyecto que tiene más de 10 años de trabajo, esfuerzo y aprendizaje. ¿Qué elabora? Todo tipo de panes, panificados y hasta avena con masa madre, este fermento que fue tendencia en la pandemia (pero que tiene muchos años de uso), y que tiene muchos beneficios a la hora de consumirlo por todas sus buenas propiedades. ¿Conocemos un poco más? Seguí leyendo la nota.

De Caroya a Bariloche: una escuela local aumenta la producción de conservas y dulces (y las coloca en ciudades de turismo “caliente”)

(Por María Rosa Ponce) Bajo un cuidadoso proceso de selección de materia prima y elaboración EFA, incrementó su producción a 3 mil litros/botellas mensuales de tomate triturado y consiguió ubicar sus dulces en Bariloche, Mar del Plata y otros destinos masivos. Higos, peras, durazno y frutilla entre las mermeladas seleccionadas. Sumarán  frutas en almíbar y pickles. 

 

Pampita es “nuevocentrista”: pasó por Nuevocentro Shopping y reveló qué tiene que tener una marca (para trabajar con ella)

La reconocida modelo y conductora argentina Carolina "Pampita" Ardohain compartió una tarde con más de 70 mujeres en Nuevocentro Shopping para hablar sobre su vida personal y profesional. Fue invitada en el marco de la nueva campaña del shopping: “Nuevocentristas”. InfoNegocios estuvo presente y aprovechamos la oportunidad para preguntarle acerca de su marca personal, su sostenibilidad en el tiempo y el impacto en el mundo de los negocios.