Si hay algo que tienen claro los integrantes de la familia Reyes es en lo que son buenos: la venta “face to face”. Y allí es donde ponen gran parte de su energía. Este retail polirubro ya cuenta con 7 sucursales minoristas (4 en el centro y 3 distribuidas en los barrios -San Vicente, Los Paraísos y Ruta 20-), un mayorista y un centro de distribución propio ubicado en Circunvalación y Rancagua.
“Antes de 2012 teníamos tercerizada la perfumería, y cuando se terminó el contrato con la empresa socia la empezamos a trabajar nosotros. Eso ya nos requería mucho más movimiento de volumen y nos obligó a construir nuestro propio centro de distribución que hoy tiene más de 10.000 metros”, dice Juan Martín Faner, representante de la tercera generación e integrante del área de compras.
Ese centro de distribución también tiene un área social con cancha de fútbol, salas de capacitación y asador que usan los colaboradores y directivos de la empresa.
Si bien de los siete minoristas, uno es bajo el formato de franquicia, el camino para seguir expandiéndose no es ese: “Hoy no evaluamos seguir franquiciando porque todavía tenemos pilas para seguir haciendo locales propios. De hecho este año estaremos abriendo una nueva sucursal en el centro sobre calle Ituzaingó (entre Corrientes y Entre Ríos). Será una superficie de 700 metros”, aclara Juan. La idea es llegar a agosto, antes del Día del Niño, con la sucursal funcionando.
Otro de los objetivos para este 2019 es comenzar a comercializar una selección de sus más de 20 mil ítems de perfumería, bazar, librería, juguetería, golosinería y del rubro textil, vía comercio electrónico. “A todos nos llega el Uber -reflexiona Faner en tono divertido-. Hoy no tenemos venta online, pero sí lo hacemos a través de WhatsApp. Y ese será un proyecto de este año. Todas las áreas de apoyo de la empresa estamos trabajando en conjunto para llevar adelante este proyecto”. Y a contramano de lo que ocurre en otras grandes empresas donde el cuello de botella siempre es la logística, a ellos es lo que menos les preocupa: “El centro de distribución está muy preparado para eso y la gente que tenemos allí también. Lo que más me ocupa es el sistema, la plataforma. Pero ya lo lograremos. De esta forma llegaríamos a todo el país”.
Una empresa inclusiva y responsable
Ferniplast tiene 360 colaboradores (23 con discapacidad). “Todos son evaluados y exigidos en igualdad de condiciones. Trabajamos con diversidad sexual, de religión, y de nacionalidad. También nos comprometemos empleando gente mayor de 40 años”, dicen.
Y el compromiso no queda solo en enunciados: son miembros activos y fundadores del Club de Empresas Comprometidas con la Discapacidad; están asociados a Córdoba Mejora; son miembros del Banco de Alimentos y trabajan también con la Fundación San Vicente (a través de la cual este año van a apadrinar a 20 jóvenes en su proceso de escolarización). Apoyan a la canchita Los Robles, y trabajan en red con Casa Macuca, a Fundación Con Voz y a Fundación Lenox, a esta última con el redondeo del vuelto que es utilizado por personas con problemas neurológicos.
“Estas acciones son transversales a todas las áreas de Ferniplast, si bien no tenemos un departamento de RSE intentamos que todas se comprometan desde algún lugar. En lo particular por ejemplo, le compramos guitarritas de madera a un proveedor de locales del interior de la provincia. Siempre priorizamos a los proveedores locales”, explicar Faner.
La familia
Ferniplast abrió sus puertas en octubre de 1970. Este año cumple 49 años. “La fundaron mis abuelos Pilar Torres y Enrique Reyes. Arrancaron con una sucursal de venta de bazar en la calle San Martín y luego se fueron incorporando nuevos rubros, abriendo nuevas sucursales”, relata Juan Martín. La segunda generación, compuesta por Nora y Fernando Reyes, fue la responsable de la gran expansión. Y la tercera, compuesta por los hijos de Fernando -María Pilar y Manuel- y los hijos de Nora -Juan Martín y María Laura-, será la responsable de la consolidación en el mercado local y en el digital.
Piensan en las próximas generaciones familiares, pero sin descuidar la filosofía que los abuelos marcaron a fuego: el bienestar de colaboradores y clientes. Para ello conformaron un Consejo de Familia con reuniones mensuales donde presentan casos y temas relevantes para el funcionamiento del negocio.
Producción: Soledad Huespe
Fotografía: Eugenia Morlans
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