Villa General Belgrano merece tener en cuenta estos y otros elementos: no es solo la masividad como pretendida llave de generación de economía, sino el rumbo del turismo como herramienta de desarrollo integral. La entrega del horario central a la conducción de locutores ajenos al terruño fue otra de las críticas recurrentes.
En aspectos más corporativos, se escucharon voces del otro lado del mostrador que, ante requisitorias periodísticas, fueron soltando sus opiniones.
Compartimos testimonios recogidos por la periodista Noelia Pallotto de FM 101.9, la radio más antigua de la localidad.
Puesto de Cerveza Der Grunder: “Se trabajó menos. El viernes, muy bien del primer fin de semana, pero el sábado y el domingo fueron muy tranquilos”.
Consultado sobre el fin de semana largo, volvió a insistir con el concepto: “Estuvo muy tranquilo. Trabajamos fuerte, pero muy a la noche, recién a las 21 horas”. Explicó: “Se trabaja antes del recital únicamente. A la siesta y a la tarde no”.
Evitó responder sobre los cambios que habría que hacer: “Nosotros hacemos y vendemos cerveza; sobre la organización no me meto. No sé si es abrir más tarde, pero en el caso de los gastronómicos tal vez perder el horario de almuerzo les influye bastante”.
“Fue una linda fiesta, pero tranquila, como está la economía del país”, concluyó.
Cerveza Once 50: “Creo que es raro; la palabra puede ser rara, ya sea hablando del cambio de fecha, fin de mes… muchas cosas. Todas las fiestas de la cerveza son distintas, esto lo hablamos también en algún momento. Hay cosas para mejorar; nosotros estamos conformes, todos los años nos sentimos conformes. Las críticas constructivas están para todos lados, nosotros y la organización tenemos siempre cosas que mejorar, pero creo que es un balance correcto”.
Cerveza Interlaken: “En general creo que fue positiva; en los números sí más baja en comparación con otros años, pero bueno, dentro de todo, la gente se divirtió, la pasó muy bien”.
“En relación del primero al segundo fin de semana, obviamente fue mucho mejor el fin de semana largo, y el día que se destacó fue La Konga. Es allí donde se vio mucho más gente, más parecido a lo que estamos acostumbrados (en relación con años anteriores). Quizás el viernes y el sábado, que fueron más flojos, la gente se mantenía más cerca del escenario” (en relación con la disposición de los stands).
Diego Assadourian (Cerveza Viejo Munich): Veinticinco años participando de la fiesta y la catalogó como “un poco atípica”, en el sentido de que se cambió la fecha.
“Hay varias cosas para ver. Por un lado, nos acompañó el clima; el hecho de tener buen clima, uno dice: se presta a tomar más cerveza, y la verdad estaba ideal. Pero por ahí lo que pasaba es que, por la falta de un lugar de sombra, un lugar donde tener y de dónde poder comer acá, la gente se quedaba en su cabaña o venía al predio más tarde. Entonces comenzaba nuestro trabajo como a las seis de la tarde, luego del ingreso del desfile; se puede decir que allí comenzaba el movimiento”, reflexionó. Luego agregó: “En líneas generales se trabajó parecido a otras fiestas. Por allí, al ser un fin de semana largo, se compensó algún otro día más flojo, pero si uno hace un balance general de toda la fiesta, termina siendo bastante similar al movimiento de alguna otra edición. Ninguna locura ni mala; una fiesta normal que, por suerte y a pesar de haber cambiado la fecha —algo por lo que había dudas—, salió todo bien”.
Assadourian es uno de los cerveceros que catalogó la fiesta como “un poquito atípica, rara”. “Por allí hay cosas que se pueden ver: el tipo de espectáculos, el tipo de show y los horarios de la fiesta. Creo que todavía hay que buscarle la vuelta para que la gente quiera disfrutar más en familia y con sus amigos, comer y tomar cerveza durante toda la fiesta. Para eso tendrán que tener en cuenta ciertas condiciones, como decía: habilitar lugares donde comer, donde no les dé tanto el sol y, si en algún momento llueve, tener cómo cubrirnos de la lluvia. Creo que estamos en algunos aspectos de la fiesta que se pueden analizar y charlar”.
“Yo soy partidario de la más tradicional; a mí me gusta volver a lo que ha sido el origen de la fiesta de la cerveza, pero calculo que es cuestión de sentarse y conversar y ver qué es lo que conviene, no tanto al puestero. No es una cuestión de facturar: es ver qué es lo que le conviene a Villa General Belgrano; qué tipo de fiesta de la cerveza es la que ofrece”.
(Esta declaración se relaciona con una especie de pérdida de identidad del producto tradicional de Villa General Belgrano).
Consultada por Noelia Pallotto a minutos de concluida la fiesta el pasado lunes, la secretaria de Turismo de Villa General Belgrano, Gabriela Cachayú, expresó:
“Estoy contenta por un clima que acompañó en el segundo fin de semana, y eso es fundamental para que la gente (cercana) a último momento decida optar por la fiesta”.
En relación con la ocupación, expresó que había reservas por el 80% y que finalmente fue un fin de semana del 100%.
“Estamos contentos porque sabemos lo que significa para nuestra villa y también vimos el derrame que generó en el resto del valle, al ver los porcentajes de ocupación que también fueron más elevados”.
Voces del vecindario
• Descontento por el caché a los artistas locales, una especie de solidaridad para sostener la fiesta, pero no participamos de las ganancias.
• El corredor céntrico gastronómico, en general, no estuvo de acuerdo con haber sacado el desfile al mediodía: eso significó cierta pérdida de comensales a la hora del almuerzo.
• Hubo cerveceros y gastronómicos históricos que optaron por no participar de la licitación de los stands por el costo elevado de la base. “Al municipio le cierra, pero a nosotros nos deja al borde del fracaso si un día el clima no acompaña”.
La gestión Santarelli se apresta a inaugurar el nuevo hospital municipal y la terminal de ómnibus; con estas dos obras intentará abortar el debate post Oktoberfest.
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