El ciclo “Cuentos en la Cripta” se llevará a cabo todos los jueves a las 19:00 horas con entrada libre y gratuita. Los jueves 17 y 31, serán espectáculos para adultos con cuentos fantasmagóricos, de amor y con humor respectivamente. Mientras que los días 10 y 24, estarán destinados a los niños con cuentos fantásticos y animados.
Un descubrimiento
La Cripta Jesuítica del Noviciado Viejo está ubicada debajo del cruce de avenida Colón y Rivera Indarte. Una gran tarea de rescate y puesta en valor cuenta los distintos momentos de su historia: desde la construcción en 1713, su enterramiento en 1928 y hasta su posterior descubrimiento en 1989.
Es considerada un museo de sitio, un espacio donde la arquitectura y su historia son los protagonistas esenciales. En el caso de la Cripta Jesuítica, su particular ubicación y las diferentes apariciones en la vida de los cordobeses, la hacen un espacio ameno e interesante para visitar.
El predio donde se construyó formaba parte del Noviciado Jesuítico fundado en 1608. En un principio los jóvenes novicios tenían su sede en la Manzana Jesuítica y al quedar reducido dicho espacio, el padre general de la Orden sugirió desde Roma que se construyera una casa con más habitaciones para los jóvenes menores de 16 años.
Por cuestiones económicas, la obra se postergó hasta el ingreso a la Orden de Jesús de los hermanos Ignacio y Francisco Mujica, que donaron su propiedad en el año 1700 para ubicar el Noviciado. La casa fue transformada y reacondicionada como sede del noviciado de los padres Jesuitas, quienes la ocuparon entre 1700 y 1713.
Las obras de adaptación de la casa de los Mujica fueron realizadas por el jesuita arquitecto Johann Krauss (1659-1714), quien para convertirla en noviciado y levantar una iglesia de grandes proporciones dedicada a San Ignacio de Loyola comenzó a construir la Cripta. Sin embargo, desde Roma, se ordenó detener la construcción y reconsiderar el traslado de los novicios a la manzana jesuítica.
Con la construcción suspendida el complejo de la Cripta fue transformado en casa de ejercicios espirituales para varones. Luego la deteriorada construcción fue entregada a los padres Betlemitas, quienes tenían a su cargo el cuidado y la atención del hospital San Roque en ese momento en construcción.
Una vez finalizado el nosocomio, los Betlemitas vendieron la propiedad de los Mujica en parcelas. La Cripta fue a manos de Don José Agustín Ferreira, quien junto con sus sucesores le dieron usos diferentes. Cuando en 1928 el intendente Emilio Olmos decidió ensanchar la calle Colón, aparecieron en la superficie de la acera las bóvedas de la antigua cripta, que fueron demolidas y rellenadas con escombros.
La Cripta fue re descubierta en 1989 por obreros que realizaban el zanjeo para el tendido subterráneo de cables telefónicos.
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