Candonga: una escapada a la naturaleza y al pasado

Ubicada 50 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba, Candonga ofrece la posibilidad de escapar del ruido y reencontrarte con los sonidos de la naturaleza y el pasado. Tierra colmada de historia, con sus capillas pintorescas y estancias, aún conserva las huellas de las misiones jesuitas. Es ideal para hacerse una escapada de fin de semana y disfrutar de sus bosques y ríos. (Más haciendo clic en el título de esta nota).

Candonga hace honor al ritmo que sugiere su nombre, porque sus paisajes son sonoros y suenan a tranquilidad sólo despertados por el rumor que llega de los pequeños riachuelos que atraviesan las sierras.

Puerta de entrada a las Sierras Chicas y a la historia de la región, entre los atractivos del lugar se encuentra La Capilla de Candonga, construida en 1730 y colocada bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario (más tarde, en 1941 la Capilla fue declarada Monumento Histórico Nacional y en diciembre del 2000 la Unesco incluyó el camino de las estancias y la Manzana Jesuítica en la lista de Patrimonio de la Humanidad).

En el lugar, muy cerquita del río se encuentra la Posada Las Perdices, un emprendimiento familiar construido con un concepto que responde a la relación entre el individuo, su habitat y la naturaleza.

Así, el complejo cuenta con 6 habitaciones con capacidad para grupos de 20 personas, un restaurante para 70 cubiertos (la comida es casera y la mayoría de los productos que utilizan son de su granja) y mesas en el parque, juegos, actividades deportivas, cabalgatas y caminatas.

¿Los costos?
El precio de una habitación base doble es de $ 330, e incluye desayuno.
La pensión completa es de $ 90 por adulto y de $ 45 para los menores entre 3 y 12 años. Ah, los más chiquitos no abonan nada.

Tu opinión enriquece este artículo:

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.