Otro ícono argentino: el Renault 18.
(Por José Manuel Ortega) Otro auto que hizo historia. Revolucionó el mercado con su llegada en 1981, y fue sinónimo de deportividad, tecnología y placer de conducción a lo largo de su vida comercial, que finalizó en 1993. Hacé clic en el título de la nota.
El R18 revolucionó el mercado, con su motor de aleación liviana, encendido electrónico, un interior totalmente diferente a lo que estábamos acostumbrados, y se convirtió rápidamente en un éxito comercial.
Fue lanzado en Francia en 1978, y en nuestro país en 1981, con un inédito motor “2 litres”, que recién años después estuvo disponible en la gama francesa.
La primera versión, TX, venía con caja de 4º y rápidamente se hizo un lugar entre los fanáticos de la marca.
Luego siguió el GTX con mayor equipamiento y llantas de aleación muy logradas que tambien equiparon a su hermano Fuego. Hacia 1986 apareció el GTX II, que incorporaba la apertura a distancia con control remoto, algo desconocido para nuestro mercado. Se modificó el tablero, aparecieron las famosas butacas tipo pétalo y hacia 1987 agregó otra novedad: la computadora de a bordo, que permitía, entre otras cosas, conocer la cantidad de litros del tanque (digitalmente), consumos y demás.
Existieron también versiones menos potentes como la “Junior”, con motor 1400 cm3, que luego pasó a 1600. Pero claro, todos querían el 2 litros, fascinados con sus prestaciones, a pesar de su alto consumo. También hubo versiones diesel y hasta una inédita rural 4x4.
En su etapa final incorporó el motor 2.2 del R21, dejando de producirse hacia 1993.
Personalmente creo que el TXE de fines de los 80 fue la versión más lograda y más deseada por sus seguidores.
Se vendió también en EEUU y existió una versión 1.6 turbo para otros mercados.
Las publicidades acompañaron su éxito, siendo muy recordada la “Cacería del Zorro”.
En lo deportivo fue un suceso, basta recordar en pista (sobre todo con la Fuego) las maravillas realizadas por Traverso, y en el Rally fue campeón indiscutido, teniendo a Raies, Soto y Recalde (y hasta el mismo” Flaco de Ramallo”) como sus máximos exponentes. En esta disciplina fue invencible, y hasta se animó a pelear mano a mano con extranjeros más modernos en el Rally mundial en nuestra provincia.
Existió también la “Edición limitada”, tanto del GTX, como del GTX II, aquellos gris-verde que fueron el desvelo de mucho fierreros, y contaban con butacas de cuero.
Quedan muchos datos y anécdotas para contar, simplemente quisimos brindarle un homenaje a un auto que dejó profundas huellas en la historia del automóvil de nuestro país.
Contanos tu experiencia en el 18 acá.
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