“Hay que lograr que las empresas se comprometan, que el Estado apoye y que la ciencia aporte en un gran programa nacional que ponga la biotecnología en la agenda del país”, aseguró Hugo Sigman, presidente de la cámara que nuclea a las empresas que se desarrollan en este ámbito y entre las cuales están las cordobesas Arcor, AGD y Porta, que se suman a otras de gran impacto como Biogénesis-Bagó, Bioceres, Vicentín, Molinos, Don Mario, Gador, entre otras.
“La biotecnología es una actividad estratégica para que Argentina pueda dar un salto de productividad y ser protagonista de la nueva economía. Por eso en agosto firmamos un Acuerdo Productivo entre 5 ministerios y el sector para favorecer inversiones, crear empleo de calidad y aumentar exportaciones”, señaló a su turno Lucio Castro, Secretario de Transformación Productiva de la Nación.
El encuentro contó con dos oradores de nivel internacional: Tim Hart, director de Desarrollo de Oxentia, empresa de innovación de la Universidad de Oxford, y Curtis Keith, director de la aceleradora Blavatnik Biomédica de la Universidad de Harvard.
“El desafío es convertir buenas investigaciones en grandes ideas, hacer el gran salto a un desarrollo innovador”, sostuvo Hart. Y agregó: “No vamos a tener grandes ideas si no aceptamos equivocarnos. Volver a pensar con la libertad que teníamos de niños es uno de los paradigmas del desarrollo innovador"
Keith, en tanto, comentó la experiencia de la aceleradora de Harvard en el apoyo a empresas como Editas, dedicada a la investigación genética.
Los principales atributos que todo emprendedor científico debe tener para poder sobrevivir en el mercado son: adaptabilidad (saber detectar oportunidades ante imprevistos), resiliencia (saber levantarse rápido ante los fracasos) y el aprendizaje continuo (saber capitalizar y aprender en forma permanente sobre los errores que se cometen).
Keith, por otra parte, contó que la Universidad de Harvard tiene una Oficina de Desarrollo Tecnológico que tiene tres ejes como misión:
1. Maximizar el impacto de los desarrollos científicos que ocurren en Harvard a través de industrias (empresas) socias (transferencia tecnológica).
2. Comercializar las tecnologías desarrolladas en Harvard para el bien público (Nacimiento de startups desde la universidad).
3. Asegurar que la Universidad reciba compensaciones suficientes como para financiar la investigación que se desarrolla.
Con este modelo han logrado retener 2.105 patentes activas, lanzado más de 100 startups y conseguir 361 empresas socias. Los ingresos obtenidos por esta Oficina de Desarrollo Tecnológico superan los US$ 795 millones. (GL)
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