La economía después de las elecciones
(Por Daniel Semyraz, sobre un extracto de los temas tratados en la Race). El contexto económico global seguirá siendo negativo, especialmente en los países más desarrollados. Esto significa que la Argentina deberá acostumbrarse a que los próximos años tendrá “viento de frente”, lo cual implica un marcado contraste respecto a lo ocurrido después de la crisis de 2001/2002. La recuperación económica internacional será liderada por China y Brasil. Esta es una buena noticia, ya que ambos países son nuestros principales socios comerciales. De todas maneras, el mayor problema para la Argentina no es de naturaleza económica, sino política. La principal implicancia de las elecciones legislativas de mitad de mandato es que nuestro país se dirige hacia un horizonte de mayor fragilidad institucional. Esto significa que la principal tarea para después de las elecciones será la de reconstruir la confianza. La duda queda planteada en términos de si el gobierno y la oposición están preparados para sentarse, dialogar y consensuar en base a metas comunes para la sociedad.(El análisis completo en la lupita que te lleva a ver la nota completa).
- El esfuerzo fiscal pre-electoral
- La caída progresiva en la recaudación
- El deterioro de los saldos de comercio exterior
- La pérdida de competitividad cambiaria
- El efecto de la recesión sobre el empleo (por ahora contenido)
La caída en la demanda agregada (principalmente en el consumo privado y en la inversión empresaria) puede potenciar el impacto de la recesión durante el segundo semestre del año en curso.
La devaluación del peso es inevitable. Esto ya lo han reconocido tanto los economistas afines al oficialismo, como los de la oposición. Entonces, el interrogante no es “¿qué se hará?”, sino "¿cómo y cuándo?”. En otras palabras, ¿se podrá aplicar un ajuste gradual del tipo de cambio sin exacerbar la fuga de capitales?
El sistema financiero está sólido y esto puede ser una buena noticia si se decide utilizar los recursos disponibles para apalancar la salida de la crisis (mediante líneas de crédito que estimulen la economía, sin necesidad de recurrir a paquetes fiscales con financiamiento deficitario). El inconveniente es que la historia económica de nuestro país muestra que, en circunstancias similares, los fondos de las entidades bancarias han sido empleados para “tapar los huecos” de las cuentas fiscales (por ejemplo, mediante la colocación compulsiva de títulos públicos).
Las finanzas de algunos gobiernos subnacionales (provincias y municipios) están próximos a tocar fondo. Esto podría llevar a que se comiencen a multiplicar las situaciones de endeudamiento y, con menor probabilidad, la emisión de cuasimonedas. No obstante, no habría que dejar de considerar que aumente la dependencia financiera con el Estado nacional (lo cual podría acercar al oficialismo alguno de los votos legislativos presuntamente perdidos en estas elecciones).
Tal vez lo más importante es que aún hay lugar para el optimismo. La crisis económica en Argentina se agudizará durante el tercer trimestre de 2009, pero no necesita una evolución “larga”, para ello se deberá:
- Generar consensos, para eliminar la incertidumbre política y social
- Eliminar las sospechas de un default, para terminar con la fuga de capitales
- Ajustar el tipo de cambio, para reacomodar las bases del “modelo K”
- Diseñar políticas de aliento a la producción, para estimular el empleo.
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