Corría el primer abril de la pandemia que puso en pausa el 2020 cuando Gonzalo, Javier y Santiago se encontraron en un Zoom de esos en los que muchos aprendíamos por decreto que un sábado a la noche con amigos también se puede compartir con un fernet en la mano detrás de cada pantalla. No es lo mismo, pero el ASPO lo demandaba.
Enseguida la charla derivó en la preocupación por la nueva realidad que se vivía. Para muchas pymes que generan trabajo y producen, las circunstancias no podían ser peores. Para quienes tienen gente a cargo y se sienten responsables por sus trabajadores, la angustia fue constante durante un año excepcionalmente malo para una economía mundial que cayó en promedio 4.4%.
Uno de los principales atributos de la humanidad como especie es poner en acción las ideas que podemos tener y comunicarlas para convertirlas en realidad. O al menos intentarlo.
En este caso, la propuesta no es original, pero lo extraordinario es el momento y la manera de enfocarla.
"Sabíamos que habría nuevas demandas a partir de una "nueva normalidad" que empezaba a plantearse y uno de nosotros tenia la urgencia de poner a funcionar su pyme industrial en alguna actividad alternativa", cuenta Javier, responsable de la imagen y la comunicación del emprendimiento. "Ese era el primer problema que tenía que resolver Aiken, aunque el nombre vino después".
"Es un nombre de origen tehuelche y mapuche", agrega Gonzalo oportunamente. "Significa vida, vivir". Y vida es lo que le dió Santiago a la idea con el primer prototipo, la base de lo que hoy es un producto que entre ventas online y encargos corporativos va a completar más de 9 mil unidades antes de que termine el año.
Entusiasmados, los tres fundadores elaboran un pitch de venta que si lo hubieran ensayado no les salia:
- Las videollamadas, el teletrabajo y los vivos en redes se intensificaron en cuarentena pero ya eran una tendencia hace años.- Afirma Javier.
- Y el celular durante esas actividades demanda en algún momento, sino siempre, reposar en un lugar cómodo, que permita cargarlo y usar auriculares. - Explica Santiago, diseñador industrial.
- Queríamos hacer algo que solucionara todo eso, que fuese resistente y accesible. Así nació aiken.- Concluye Gonzalo, gerente administrativo de lo que hoy ya es una Pyme en pleno crecimiento.
La solucion es simple y quizás eso sea parte de su encanto: Se trata de un soporte para dispositivos móviles de metal con 6 opciones de color, almohadillas en sus "brazos" y base y el logo de la marca en el lomo. Compiten con cientos de productos similares, pero aiken apuesta a seguir creciendo por dos razones principales:
"Primero porque estamos convencidos de que es un producto de calidad, que te va a durar años. Y después porque es industria nacional. Y eso estamos corroborando que sigue siendo una razón importante para que muchos elijan aiken y no algo importado", asegura Santiago, a cargo de la producción.
Javier cierra con un speech a lo Sprayette aunque sincero y espontáneo:
"Los que los usan no paran de alabarlo".
Y parece que es cierto. "Hasta que lo tuve no me di cuenta cuánto lo necesito. Lo uso todo el tiempo", comenta una usuaria en Instagram.
"Compre uno amarillo y lo llevé al trabajo. La mayoría de mis compañeros ya tienen el suyo. A la semana siguiente encargué éste para mi casa", dice una historia etiquetando la foto de un aiken rosa.
Entre los pedidos por web y redes de usuarios directos y las empresas que los encargan para su personal o como regalos, los aiken no paran de multiplicarse. "La estrategia es producir", afirma Gonzalo. "Eso implica reinvertir y crecer como equipo porque generar trabajo es el principal objetivo que nos pusimos en ese zoom y es el criterio con que se toma cada decisión".
Hoy el equipo sale a la cancha con varios jugadores más: Tato, encargado de la logística, Mario, responsable de contenidos para redes y Liliana, coordinadora comercial de un emprendimiento que ya mira el 2021 con la intención de crear una familia de productos, incursionando en el mercado gamer e incluso en el de los bikers.
De la dolorosa tragedia a la que todavía nos enfrentamos, ha surgido nuevamente esa asombrosa capacidad del ser humano para la supervivencia colectiva.
Pensar cómo cuidarnos mejor entre todos y vincularnos en una nueva normalidad, ya sea produciendo barbijos o soportes para celulares, no es sólo un negocio ante las exigencias que impone un virus desconocido, es la manera más inteligente y responsable de superar juntos este presente.
Se dice que en momentos de crisis también surgen oportunidades. Y aiken hasta el momento lo confirma.
Veremos qué les depara la próxima temporada.
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