Peralta planteó que hoy el esquema de financiamiento del modelo afronta dos restricciones fiscales, una interna, las transferencias y otra externa, los vencimientos de deuda. En el primer caso, los subsidios en los últimos 5 años aumentaron en promedio 36,5%. El año pasado disminuyeron unos $ 16 mil millones, lo que permitió reducir el déficit. En vencimientos de deuda este año se deben afrontar US$ 23.209 millones; hay un fondo de unos US$ 8 mil millones, cifra que no se por puede posponer de cancelar. El resto se completa con financiamiento del Central y deuda intra-gubernamental que se negocia.
“El Gobierno debería administrar con mayor eficiencia los subsidios. Claramente los que se destinan al gas, son mejorables. También orientar el gasto pro consumo a uno pro inversión, recuperar el déficit fiscal y reducir el financiamiento vía del Central”, resumió.
La evolución del gasto público nacional acompañó al crecimiento económico por un largo período hasta que en 2009, cuando la economía empieza a demostrar síntomas de fatiga. La tasa de variación entre 2005 y 2012 del gasto público fue del 34%, la del consumo privado, el 21%; la del público, el 28% y la de la inversión, el 23%.
Por otra parte, según el análisis del CPCE, el superávit fiscal –una de las patas del modelo- fue cayendo desde 2010 hasta llegar al rojo de $4.374 millones el año pasado.
El financiamiento del modelo, explicó Peralta, se realizó en función de cinco claves:
*Recursos tributarios: en los últimos 7 años crecieron en un promedio del 25% anual. Respecto de los ’90, nuevos gravámenes y mayor nivel de actividad.
*Contribuciones a la Seguridad Social: incremento de los salarios y del empleo formal. Estatización del AFJP. La evolución anual promedio entre 2005 y 2012 fue del 38,5%.
* Rentas de la propiedad: utilización del resultado económico del Fondo de Sustentabilidad y de las ganancias del Central.
*Adelantos transitorios del BCRA: entre 2005 y 2008 creció a un promedio del 19%; entre el 2009 y el 2011 lo hizo al 50% y el año pasado, el 90%.
*Utilización de reservas para el pago de deuda; se estiman en US$ 34 mil millones.
Un mix de Convertibilidad con la “década K”, un “combo ideal” según el CPCE
La incertidumbre que genera la inflación actual y el abultado gasto en subsidios ineficientes no son sostenibles en el largo plazo, como tampoco lo eran el nivel de endeudamiento y la tasa de desocupación de los ’90. “Lo mejor habría sido un mix de ambos ‘modelos’”, explicó el economista del Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas (CPCE), Víctor Peralta.
La entidad presentó ayer su análisis sobre la sostenibilidad del gasto público nacional. “Comparando el nivel de gastos y el de ingresos entre 2006 y 2012 hay claramente una caída del superávit. La crisis de 2009 puso en evidencia la crítica situación fiscal”, explicó el especialista y amplió: “para que el PBI crezca al 8% anual el Gobierno necesitaría una tasa de inversión –respecto al gasto- del 30% anual, pero eso sería imposible porque la estructura energética pone límites. Deberá conformarse con alrededor de un 3%”.
(A cuánto ascendió el nivel de gastos entre 2006 y 2012 y cómo se financia el “modelo”, en la nota completa).
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