La democratización de los cielos que impulsa Javier Milei, como parte de la nueva política aerocomercial que adoptará su gobierno una vez que se concrete la transición en los organismos del sector, entusiasma a las empresas de la industria.
A las aerolíneas extranjeras que se anotaron para aterrizar en la Argentina y vienen negociando su llegada, se suman los planes de las que ya operan en el país, que buscan aprovechar la alta demanda de viajes para expandir su oferta de servicios: Flybondi quiere tener vuelos directos a dos países de la región, y JetSmart y GOL Linhas Aereas pusieron a la venta rutas a destinos internacionales con los que hasta ahora había escasa conectividad.
De cumplirse la promesa del mandatario libertario de abrir los cielos, habría igualdad de condiciones y mayor competencia entre Aerolíneas Argentinas -que pasaría a estar en manos de los empleados para "expulsar a los que se dedican a hacer política en lugar de trabajar", en palabras del presidente electo- y las que ya operan y quieren venir al país.
En ese sentido, anticipan que se acelerará el aterrizaje de las aéreas que anunciaron su interés y de otras que no lo expresaron públicamente, pero miran estratégicamente al país, como así también el lanzamiento de nuevas rutas de las compañías que ya están presentes en el mercado.
En este contexto, Flybondi recibió la autorización del gobierno de Perú para empezar a operar vuelos entre Buenos Aires y el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima. Según la aprobación, puede hacer hasta siete frecuencias a la semana con aviones Boeing 737-800, cada uno con 189 asientos. Representaría una oferta semanal de 2646 asientos en la ruta.
Por el momento, la low cost está enfocada en su operación de cabotaje y los vuelos a Brasil -actualmente, su único mercado internacional-, por lo que espera lanzar esta ruta en el mediano plazo. Otro país que le interesa es Bolivia.
Por su parte, su principal competidora en el mercado de tarifas bajas, JetSmart, anunció que el 20 de marzo iniciará sus vuelos entre Buenos Aires y la ciudad chilena de Concepción desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Concepción es la tercera localidad más grande de Chile, detrás de Santiago y Valparaíso.
Es la primera vez que una línea aérea vuela esta ruta. De esa manera, la low cost conectará Buenos Aires con el Sur de Chile sin pasar por Santiago, convirtiéndose así en la tercera ruta internacional de la empresa entre ambos países (las otras dos conectan unen la capital chilena con Buenos Aires y Mendoza).
Inicialmente, habrá tres frecuencias semanales los lunes, miércoles y domingos. Los pasajes ya salieron a la venta y parten en $ 58.430 finales, con tasas e impuestos incluidos para el tramo desde Buenos Aires y arrancan en $ 38.260 finales, también con tasas e impuestos incluidos, para el tramo desde Concepción.
Al mes siguiente, GOL también estrenará una ruta internacional: tendrá vuelos directos entre Ezeiza y Bogotá. Desde el 1° de abril, la mayor línea aérea de Brasil conectará ambas capitales. También tendrá vuelos directos a la ciudad colombiana desde el Aeropuerto de Guarulhos en San Pablo. Hoy, solo Avianca y Aerolíneas Argentinas tienen vuelos directos entre Buenos Aires y Bogotá.
Los vuelos serán operados con aviones Boeing 737 MAX 8, con espacio para 176 pasajeros. En la actualidad, GOL tiene servicios en 12 aeropuertos fuera de Brasil: además de Ezeiza, realiza vuelos desde Aeroparque, Córdoba, Mendoza, Rosario, Montevideo, Paramaribo, Santa Cruz de la Sierra, Punta Cana, Miami y Orlando.
La operación se dará por medio de una "cooperación tripartita" entre GOL, Avianca y Aerolíneas Argentinas, que, según la empresa, permitirá atender a clientes de negocios y de turismo con una red completa de conexiones más completa. Los pasajes ya están disponibles.
Qué significa la política aerocomercial de cielos abiertos
En sus primeras declaraciones sobre el futuro del sector, Milei contestó "absolutamente" al ser consultado sobre si su política aerocomercial iba a ser de cielos abiertos, y sumó: "Que venga la línea aérea que quiera venir, esto es algo natural para un liberal".
En este contexto, el Presidente seguiría los pasos de la gestión de Mauricio Macri, cuando Guillermo Dietrich, el exministro de Transporte, le abrió las puertas del mercado doméstico a las low cost, que ya tienen una participación del 30% en el segmento de vuelos de cabotaje.
La política de cielos abiertos prioriza acuerdos bilaterales o multilaterales de transporte aéreo civil en los que se liberalizan los mercados de los países firmantes y se minimiza la intervención gubernamental en los servicios regulares y chárter de pasajeros y carga.
El nuevo gobierno seguiría los pasos de la gestión de Macri, que le abrió las puertas del mercado doméstico a nuevas aéreas como las low cost
El país pionero en la materia fue los Estados Unidos, que impulsó este tipo de convenios en 1979. Tres años más tarde, en 1982, ya había firmado 23 acuerdos, principalmente con países chicos. En la década de los '90, siguiendo esa línea, se concretaron acuerdos con estados europeos. En 1992, se firmó con Países Bajos el primero.
El mismo les concedía total libertad para aterrizar en el suelo del otro. Por fuera de estos contratos, los derechos de aterrizaje son limitados: se restringen a un número prefijado de vuelos semanales o a un determinado destino. Para realizar cualquier variación, se requieren negociaciones entre los gobiernos, más que entre las aerolíneas involucradas.
Así fue que los Estados Unidos levantó todas las restricciones impuestas a la alianza que Northwest Airlines y KLM Royal Dutch Airlines mantenían desde 1989, cuando ambas aerolíneas firmaron un acuerdo de código compartido a gran escala. Ese camino iniciado por los Estados Unidos se replicó a nivel global luego con más países.
Hoy, los acuerdos vigentes contemplan una serie de puntos: competencia en un libre mercado; libertad en el número de aerolíneas, capacidad, frecuencias y aviones empleados; libre determinación de precios (una tarifa solo puede ser desautorizada si ambos países lo desean y en casos específicos) y competencia en igualdad (las aéreas pueden establecer oficinas en el otro país y disponer de los beneficios que generen de forma rápida y sin restricciones).
Según las autoridades aerocomerciales del anterior gobierno, la Argentina tiene una postura de cielos abiertos, pero en el sector postulan que ciertas políticas como los subsidios a Aerolíneas Argentinas y la intención de avanzar con la aplicación de tarifas mínimas y máximas en los pasajes que planteó la exgestión no propician la competencia en igualdad de condiciones.
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