La compañías de transporte aerocomercial viven la mayor crisis de su historia. Por la pandemia del coronavirus, se cerraron numerosas fronteras en el mundo y se cancelaron millones de vuelos. Como consecuencia, el tráfico de pasajeros se redujo un 81% a nivel global, porcentaje que en América latina alcanza el 95%, según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que nuclea a la mayoría de las aerolíneas del mundo.
“No esperamos que antes de 2022 el mercado nacional de los países se recupere a niveles similares a los de 2019; y hasta 2024 eso no sucedería en el mercado internacional”, destacó este jueves Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas de IATA, en una conferencia virtual con periodistas de América latina.
La cámara empresarial estima que en 2021 la demanda mundial de pasajeros será un 24% menor al nivel de 2019.
Por eso, Cerdá destacó la importancia de que los gobiernos asistan financieramente a las compañías aéreas, algo que aún pocos países de la región concretaron hasta el momento. De hecho, es la menos favorecida: las aéreas de la región recibieron apenas el 0,8% (u$s 300 millones) de su facturación de 2019 (u$s 38.000 millones) en ayudas de los gobiernos, frente a un promedio global de 14% en asistencias sobre los ingresos (porcentaje que asciende al 25% en América del Norte y al 15% en Europa).
Apenas tres países de América latina ofrecieron ayudas a las compañías aéreas que operan en sus mercados: Brasil, que aportó un 0,1% en asistencia sobre la facturación de ese país en 2019; Colombia, con el 1,9% (el que más contribuyó, en proporción) y Chile, con el 1,6%. En tanto, la Argentina, México, Honduras, Perú y República Dominicana aún no anunciaron medidas de asistencia.
Al ser consultado al respecto sobre la Argentina, Cerdá comentó que están reuniéndose constantemente con el Gobierno, si bien aún no hubo novedades en cuanto a medidas. “Estamos trabajando en tres áreas especiales con el Ministerio de Transporte: uno, el alivio financiero que el Gobierno podría dar a la industria aérea para sostenerse durante el tiempo que los aviones estén en tierra; dos, en intentar adelantar fecha de reinicio de vuelos domésticos e internacional, fijado para septiembre. Los contagios se están incrementando en la región y en la Argentina, y por ahora el Gobierno decidió mantener esa fecha; y tres, que el plan de reactivación de la industria en el país sea acorde a las medidas y protocolos internacionales; que sea una reactivación coordinada y no aislada”, destacó Cerdá.
Al mismo tiempo, comentó que le informaron de la asistencia anunciada este jueves por el Gobierno para los micros de larga distancia. “No lo vemos como algo negativo, en tanto las compañías aéreas también reciban apoyo. Sabemos que el Ministerio de Transporte tiene una agenda muy complicada, pero esperamos que defina lo mismo para el transporte aéreo, que es vital para el país”, destacó.
“Hace varias semanas, Air New Zealand informó que dejaba de operar en la Argentina. No nos gustaría que en la Argentina o en otros países las líneas aéreas deban reducir operaciones o directamente cancelarlas en forma permanente por no ser ya rentables en esos mercados. El cese de operaciones de una compañía como Air New Zealand impacta también en el negocio de Aerolíneas Argentinas, Latam, JetSmart y otras compañías, porque muchos de esos pasajeros no se quedan en Buenos Aires, van a otros puntos del país o de la región. Impacta en puestos de trabajos, en hoteles y en el consumo”, comentó Cerdá.
Por otra parte, el ejecutivo se mostró confiado sobre los pedidos de concurso de acreedores encarados por la colombiana Avianca y la chileno-brasileña Latam Airlines en Estados Unidos, bajo el capítulo 11 de la Ley de Quiebras de ese país. “Esperamos que tanto Avianca como Latam sean exitosas en su reestructuración, pero es importante que los Gobiernos tomen actitudes de liderazgo con medidas de ayuda. Estamos muy confiados en que ambas compañías saldrán más fuertes y mejor estructuradas a nivel global tras el proceso”, aseguró.
Por último, Cerdá destacó que en América latina las aéreas deben sobrellevar más meses en tierra que en otras regiones. En principio, Ecuador, Chile, Costa Rica, Perú y Brasil prevén el reinicio de vuelos entre principios y fines de junio, mientras que Colombia postergó la fecha, alineándose con la Argentina, al fijar el 31 de agosto; en tanto, en México no hay restricciones.
“Las aéreas suelen tener liquidez para tres o cuatro meses como máximo, ninguna puede estar parada seis meses. Vamos a llegar a cinco meses con el 95% de los aviones en tierra. En nuestra región se tomaron medidas agresivas muy pronto para evitar contagios y ahora se están extendiendo, porque la pandemia crece. Esto es un llamado de atención para que los Gobiernos asistan a las aéreas, como se vio en otras regiones, como Europa”, advirtió.
“Cuanto más tiempo estén en tierra, más grande es el riesgo; hay más probabilidad de que más compañías deban presentarse al capítulo 11 de Estados Unidos o parar sus actividades de manera permanente, no solo en el corto plazo, sino también en el largo; ya no hay liquidez para sostener la operación en tierra sin volar”, destacó el vicepresidente de IATA para las Américas.
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