León Werthein cruzó toda Europa y atravesó el Atlántico para encontrar mucho más que un nuevo hogar: una nueva vida, una renovada esperanza. Había dejado Besarabia, región que hoy se reparte entre Ucrania y Moldavia y que, más de un siglo atrás, pertenecía a una Rusia cuyo zar, Nicolás II, seguía la huella antisemita que habían marcado sus antecesores. En especial, su padre, Alejandro III, impulsor de los pogromos y forjador de las restrictivas Leyes de Mayo, que sofocaron las libertades de los habitantes judíos de su imperio.
Werthein desembarcó en la Argentina en 1904. En la Pascua del año anterior, el último de los Romanov -cuyos dominios ya portaban el gen de su propia destrucción- emprendió el pogromo de Kishinev, uno de los más sangrientos de los que se tenga memoria: 118 hombres, mujeres y niños asesinados, 1200 heridos y 4000 familias sin hogar, cuantificó The New York Times el cruento saldo de las escenas de salvajismo que se sucedieron en la capital de Besarabia el 6 y el 7 de abril de 1903.
En ese imperio de caos y desesperanza, de fuego y de sangre, Don León había dejado a su mujer, Ana, y a sus cuatro hijos: Gregorio, Elisa, Numo e Israel. Recién volvió a verlos al año siguiente. En 1905, la Argentina ya no le era un desconocido punto del mapa, el umbral del inhóspito fin del mundo. Ese lugar de inmensidad verde, a más de 12.500 kilómetros de distancia, había pasado a ser su nueva tierra prometida. El suelo donde continuaría multiplicando su linaje -nacieron sus siguientes hijos: Abraham, Fany, Noel y Julio- y donde su apellido, a partir de su asentamiento definitivo en el pueblo pampeano de Miguel Riglos, se forjaría como el emblema de uno de los grupos empresarios más importantes e influyentes del país.
"Este es un capítulo muy importante en nuestra historia", no duda Darío Werthein, bisnieto del patriarca. Casi 120 años después, experimenta una sensación similar de aventura, de desafío, de tener muchísimo más para ganar que para perder. "Hace más de 100 años que mis bisabuelos llegaron a América latina, a la Argentina. Tenemos un compromiso inquebrantable con la región. Aquí vivimos, aquí está nuestra familia. Estamos profundamente convencidos de que hay mucho por hacer y sumar", enfatiza.
Darío es presidente de Vrio, la empresa que opera DirecTV en América latina. Hijo de Leo (fallecido en 2005) y nieto de Noel -séptimo heredero de León y quien, durante décadas, timoneó los buques insignias: la agro-ganadera Gregorio, Numo y Noel Werthein, y el Banco Mercantil Argentino-, está al frente de la nave con la que, por primera vez en su centenaria historia, el blasón familiar avanza por toda la región. El Grupo Werthein -"Los W", urbi et orbi en la comunidad de negocios- le compraron Vrio a AT&T a mediados de 2021. La transacción abarcó el negocio de DirecTV en la Argentina, Barbados, Chile, Colombia, Curazao, Ecuador, Perú, Trinidad y Tobago, y Uruguay; Sky Brasil -que brinda televisión satelital con esa marca en ese país- y DirecTV Go (DGO), el servicio de streaming que funciona en esos mercados, más México. La transferencia incluyó las acciones de Vrio en la colombiana Win Sports y la mayoría de Torneos (ex TyC).
Por tamaño (10,3 millones de suscriptores al momento de la adquisición) y expansión (11 países), es la inversión más ambiciosa de un holding que, a lo largo de su historia, supo invertir en campo, alimentos, seguros, real estate, bancos, salud, tecnología y telecomunicaciones. Con un talento nato, además, para entrar cuando todos salen y salir cuando muchos quieren entrar. Pero, nunca antes, se habían embarcado en algo de tamaña dimensión internacional.
"La región tiene todo para desarrollarse y que su población mejore su calidad de vida", retoma Werthein. "Nuestro aporte es valioso, sobre todo, en un sector determinante para que nuestros países sean competitivos en la sociedad del conocimiento", continúa. No es una apuesta aislada. "Desde hace muchos años, nuestras empresas exportan productos y servicios a los cinco continentes. Vrio nos permite tener una presencia operativa fuerte en América latina", explica.
Pantallas de un mundo nuevo
Que los Werthein nunca antes hubiesen invertido en negocio de tanta presencia fuera de la Argentina no significa que no fuesen gente de mundo. Y del primero, además. El álbum de la familia muestra fotos con ex presidentes y líderes mundiales que envidiaría cualquier jefe de Estado. De hecho, fue gracias a esas conexiones que llegó la posibilidad de tomar el control de DirecTV en la región, una operación que, para los plazos que suele exigir la complejidad de esas transacciones, se resolvió relativamente rápido.
¿Cuál fue la oportunidad que vieron? "Llegar a millones de hogares a través de servicios de información, la mejor y más amplia programación deportiva del mercado y entretenimiento", responde el presidente de Vrio. "La producción local, además, es un valor agregado. Por eso, estamos abocados a generar contenidos latinoamericanos para los latinoamericanos, con una visión regional", agrega.
"Estamos convencidos de que América latina tiene mucho potencial como región integrada y en contacto con el mundo", apunta Werthein. Explica que, según datos del Banco Mundial, la economía digital ya equivale a más del 15,5 por ciento del PBI global. Y que, en los últimos 15 años, creció 2,5 veces más que el producto mundial. Contrasta con otra cifra, de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal): hasta 2020, el peso del ecosistema digital en el PBI de la región era de sólo 4 por ciento. "Ahí está claro el desafío", señala.
"En ese contexto, las familias y, cada vez más, los jóvenes, eligen a Vrio como proveedor de servicios. Además, todas nuestras empresas trabajan en forma de ecosistema. Eso nos permite llegar a los clientes con una amplia gama de productos y servicios de alto estándar mundial, desde alimentos hasta el streaming en el celular a través de DGO", amplía.
Los Werthein habían salido de los primeros planos a fines de los '90, tras la venta del Banco Mercantil. Volvieron a las grandes luces en septiembre de 2003, con la compra de la parte de France Telecom en Telecom, protagonista del mayor default corporativo de la historia argentina (US$ 3200 millones). Poco después, en 2004, dieron otro golpe, al adquirir -en sociedad con el Standard Bank, de Sudáfrica, y el grupo Sielecki- los activos locales del BankBoston. En poco más de una década, salieron de esas empresas y, también, de la gran joya adicionada a su colección en los '90, La Caja, cuya participación les vendieron a sus socios italianos de Assicurazioni Generali (2014).
Luego de la paz que, tras una cruenta guerra interna con Telecom Italia, alcanzaron en 2010 -mismo año en que el Standard Bank se vendió al chino ICBC-, se fueron de la telco en abril de 2017, después de que su nuevo socio en esa empresa, el fondo mexicano Fintech, les compró las acciones que conservaban en Sofora, la dueña de la telefónica. Un par de meses después, Fintech fusionó a Telecom con Cablevisión, controlada por los accionistas del Grupo Clarín. Nunca trascendió cuánto cobraron los Werthein por esas ventas. En 2003, pagaron US$ 125 millones por su parte de Telecom. En 2010, se aseguraron un resarcimiento de US$ 145 millones de Telecom Italia. En 2017, le vendieron a Fintech el 38 por ciento de Sofora. Un año antes, cuando le compró a los italianos, el fondo de David Martínez pagó US$ 960 millones por el 51 por ciento de esa sociedad.
Desde que dejaron el coloso de cemento en el umbral de Puerto Madero, los W reconfiguraron su portafolio de negocios. También, hubo reacomodamientos internos.
Gerardo, nieto de Gregorio, y quien había sido el hombre fuerte en Telecom -ejerció la vicepresidencia- partió, interesado más en sus negocios con el magnate brasileño Edmond Safra, sobrino del homónimo banquero de origen libanés asesinado en su palacio de Mónaco, a fines de 1999. Además, "Gerry" -presidente del Comité Olímpico Argentino (COI) de 2009 a 2021 y dueño de Haras El Capricho, cuya fiesta hípica fue cita anual para ricos y famosos- cultivó una dimensión pública que le valió alta exposición al riesgo político.
Hoy, la W identifica a la rama de Noel: Darío y sus tíos, Daniel y Adrián; ambos, hermanos de su padre. Adrián fue titular de La Caja, del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) entre 2016 y 2019 y, también, del Congreso Judío Latinoamericano. Los dos fueron directores en Telecom.
El grupo, en la actualidad, está conformado por su histórica piedra fundamental, la agroganadera Gregorio, Numo y Noel Werthein. Fundada en 1928, tiene 90.000 hectáreas y activos por US$ 200 millones. Se suman WTH Family Wines (vinos), Cachamai (té y yerba mate), Valley (producción y comercialización de frutas, especialmente, manzanas), Landmark Develoments (real estate, con proyectos en Pilar, el ex Tiro Federal y los Estados Unidos) y un viejo amor, los seguros: Experta, Experta ART y Experta Brokers (Brasil).
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"Si miramos nuestra trayectoria de más de un siglo, siempre estamos analizando oportunidades y nos embarcamos en proyectos desafiantes. Estamos convencidos de que Vrio es una de esas iniciativas, con una gran proyección de crecimiento y marcas reconocidas", resume Darío las razones de su más reciente adquisición.
Nunca se divulgó el monto de la operación. En el mercado, hubo quienes especularon con un ticket de unos US$ 500 millones. AT&T informó que, por Vrio, catalogada como "activo a la venta" en sus libros, asentaría una pérdida neta de US$ 4600 millones, descontado el precio de la operación.
No le falta razón a Werthein cuando habla de "desafiante". DirecTV no atravesaba su mejor momento en la región. Al primer trimestre de 2021, su cartera de clientes en América latina había caído a 10,6 millones de suscriptores, contra 13,2 millones un año antes. En julio, cuando se comunicó la venta, ya eran 10,3 millones. Según el balance de AT&T de 2021, Vrio facturó US$ 2607 millones, un 17,3 por ciento menos que en 2020. Tuvo un resultado operativo positivo de US$ 80 millones, contra un rojo de US$ 142 millones en el ejercicio anterior.
"Siempre hay cosas para corregir", reconoce Werthein sobre cómo encontraron Vrio cuando se concretó el take-over, en noviembre de 2021. "Sobre todo, eran preocupantes las tendencias en los números cuando tomamos el control", subraya. "Pero, en sólo un año, logramos revertirlo", asegura.
Werthein explica que la cantidad de clientes DTH ("DirecTV Home", el servicio hogareño), que mermó en 2020 y 2021, "quebró la racha" (sic) en 2022 y aumentó 2,6 por ciento, a más de 10 millones. "El ebitda positivo caía y aumentó 16,9 por ciento -sigue-. El flujo de caja era muy negativo y registramos un salto del 240 por ciento, pasando a números positivos. Y las ventas dejaron de caer para subir 6 por ciento anual".
Tampoco era una película que los W no hubieran visto. "Hay un denominador común: tomamos el control de una compañía con un enorme potencial y líder en su sector. Hoy, estamos construyendo una empresa moderna, innovadora y de franca y sostenible expansión", compara con la experiencia del grupo en Telecom. "En cuanto a las diferencias, aquí, el desafío es mucho mayor, justamente, por la presencia regional y por la enorme competitividad de la industria", distingue.
No obstante, dice que el know-how adquirido en la gestión de TECO es "invaluable". "Venimos con un gran aprendizaje sobre cómo motivar a los equipos, eficientizar los recursos y proyectar los negocios. Estamos en una industria que cambia de forma vertiginosa por los avances de la tecnología", explica. "Si no conocés, si no sabés, si no tenés los mejores equipos profesionales, es un problema", define. "No es nuestro caso", aclara.
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