El ministro de Hacienda y Energía, Hernán Lacunza, aseguró que el Gobierno no ve problemas de estabilidad macroeconómica en caso de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) suspenda o postergue el desembolso de los u$s 5420 millones comprometidos en el acuerdo stand by, que deberían llegar a fines de este mes o comienzos de octubre. "No pasa nada", aseveró.
Al término de un domingo en el que se instauraron medidas para contener la acelerada sangría de dólares, Lacunza tituló como "control de capitales" y "control a la dolarización" el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 609/2019, publicado en un inédito Boletín Oficial del domingo.
Lacunza declaró en el programa Periodismo Para Todos que el Gobierno sabe que debió tomar medidas "antipáticas" e "incómodas", "pero si no las hacíamos y el dólar subía descontroladamente sin motivos, las consecuencias serían peores: más inflación y más pobreza". Minutos después, en Debo decir, el ministro caracterizó a la medida como "transitoria".
Asimismo, Lacunza desprestigió el cálculo sobre las reservas netas del Banco Central (BCRA), que serían menores a los u$s 10.000 millones, y recordó que las reservas brutas son de u$s 54.098 millones dólares que están "para atender a los depositantes, el mercado cambiario y el pago de deudas".
El flamante funcionario, que asumió hace dos semanas, reconoció que a partir de este lunes reaparecerá un tipo de cambio paralelo, "pero eso es economía informal y no tiene por qué trasladarse a precios".
De la misma forma, ante la pregunta acerca de un corralito, el ministro descartó la posibilidad, y aprovechó para diferenciar este control de cambios del que implementó el Gobierno de Cristina Kirchner a fines de 2011. "Esto es para controlar la demanda especulativa; va a haber que pedir autorización al Banco Central, pero no va a ser nada discrecional como antes", definió.
Lacunza también descartó el riesgo de hiperinflación que pronostican algunos economistas desde meses atrás. "La inflación va a subir un escalón", dijo, de todas maneras.
Por último, admitió que "éste no es el puerto que soñamos o al que imaginamos llegar y deberíamos revisar las causas de por qué no llegamos".
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