Mastellone Hnos., dueña de La Serenísima y que tiene desde hace casi tres años como accionista a Arcor (posee alrededor del 40% junto a Bagley), presentó los resultados al tercer trimestre del año, que como ya venía adelantando desde los períodos previos, volvieron a dar en rojo.
En esta oportunidad, la firma reportó una pérdida neta del período (cerrado al 30 de septiembre) de $ 2449,8 millones, lo que representó más del doble de lo comunicado en el trimestre anterior. Aquella vez, la pérdida neta del ejercicio sumaba un total de $ 1042 millones, durante lo seis primeros meses del año. Lo hizo en un contexto de alza en sus ventas de leche (+1,2%), en comparación al mismo período del año pasado, apuntaladas por la suba de las exportaciones. De hecho, las del mercado interno mostraron una baja del 4,3%, pero las ventas externas se incrementaron un 48% (vendió al exterior 182,8 millones de litros).
El sector lácteo en general atraviesa una dura realidad con el caso paradigmático de SanCor, en plena reestructuración y desprendiéndose de activos. Recientemente la cooperativa con sede en Sunchales aceptó la venta de dos plantas productivas (Morteros y Chivilcoy) a la firma Adecoagro, por un total de u$s 45 millones, que usará para sanear sus pasivos.
Su caída fue contrarrestada en parte con el avance en las ventas de La Serenísima, que acaparó más mercado, sobretodo en el segmento de leche fluida en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Según el último ranking elaborado por la consultora TodoAgro, La Serenísima quedó claramente en primer lugar de la lista de 10 principales compañías lácteas del país, en cuanto a recepción diaria de leche, con 3,9 millones de litros diarios. Otras industrias de menor tamaño que también ganaron participación. Son los casos de Saputo (de capitales canadienses y que maneja las marca), con 3,75 millones, y la santafesina Williner, con 1,35 millones.
Aún así, La Serenísima no pudo evitar los números en rojo.
Tu opinión enriquece este artículo: