El Club de la Milanesa crece a un ritmo acelerado, con nuevas sucursales y un formato que acaba de estrenar, único en el mundo y enfocado en el plato favorito de los argentinos. Entre los distintos modelos que comercializa, la empresa suma por semana, al menos, un local. Prevé 10 aperturas para lo que resta de julio.
Como parte de su plan de expansión, el jueves inauguró 'El Club de la Milanesa +'. Se trata de su primer fast-food y el primero de este tipo a nivel global, con la particularidad de que también es el primer comercio de comida rápida de la región libre de plásticos.
Nuevo fast-food de El Club de la Milanesa
El primer fast-food de la cadena abrió en el shopping Alto Avellaneda, el centro comercial que se renovó con una inversión de u$s 20 millones e incorporó novedades que incluyen salas de cine, una veterinaria y canchas de fútbol, básquet y pádel. Prevé facturar $ 20 millones por mes.
La iniciativa llegará este miércoles al Aeroparque Jorge Newbery y la semana que viene al shopping Unicenter. En el aeropuerto, la marca se instalará en el patio de comidas y, en simultáneo, pondrá un carrito en la entrada.
Además, proyecta desembarcar en otras cuatro plazas: Puerto Madero, San Miguel, Rosario y Mendoza. "El foco está puesto en centros comerciales y zonas de alto tránsito. Luego, la idea es expandirlo a más puntos", explica Celina "Kitty" Rosso, quien fundó en 2007 junto a su pareja, Federico Sala, el negocio que comenzó como un delivery de milanesas.
Al tratarse de comida rápida, este modelo funciona con una carta reducida y sin camareros. "En algunos casos, como en Alto Avellaneda, puede ser un esquema mixto, con un salón contiguo. Las próximas aperturas serán un mix de locales tradicionales, mixtos y de fast-food", adelanta Rosso.
Una marca libre de plásticos
La desplastificación de sus productos y servicios fue uno de los mayores desafíos. "Ya logramos hacerlo en nuestros salones y el envío a domicilio. Ahora, el reto son las cocinas y la fábrica con la que abastecemos a todas las sucursales", cuenta Rosso.
En el local de Alto Avellaneda, reformuló su principal producto, la milanesa, en pequeños cuadrados que se comen con un palito de bamboo y no requiere el uso de cubiertos plásticos.
Las bebidas se venden solo en latas de aluminio para evitar los vasos de polipapel (basado en polietileno). El agua mineral es de la dispensadora ecológica AQA. Esto significa más de 500.000 botellas plásticas menos al año.
Solo se usa cartón reciclado y reciclable para las bandejas, incluso las ensaladas, y folex de bioplástico compostable. Implica 9,6 toneladas de fólex plástico menos al año. Además, ofrece individuales de cuero.
No se entregan ni sobres de aderezos, ni sorbetes, ni vasos de plástico de un solo uso. Para incentivar el uso de envases reusables, se venden junto a un refill de cerveza.
Desde que abrió sus puertas, El Club de la Milanesa redujo el uso de 250.000 bolsas de plástico al año e insiste en utilizar las de papel solo cuando sea estrictamente necesario.
Además de la modalidad fast-food, la compañía continuará abriendo más sucursales. Ya tiene 60 en el país, de las cuales 10 son propias y 50 son franquicias. Cuenta con 6 millones de clientes y el objetivo es alcanzar los 10 millones.
Factura entre $ 6000 millones y $ 7000 millones por año. La intención es aumentar los ingresos en un 30% e incrementar la planta actual de 1500 empleados directos a 1800. Desde que inició actividades, lleva vendidas más de 40 millones de milanesas.
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