Esta planificación marca una nueva estrategia, siguiendo al arresto en Tokyo de Carlos Ghosn, ex CEO de Renault y de Nissan, en noviembre, por inconductas financieras. Él negó todos los cargos.
Tanto franceses como japoneses dijeron públicamente que su foco está puesto en hacer funcionar bien a su alizanza, después del rejuvenecimiento de su estructura de capital. No obstante, la reciente creación del un nuevo directorio para la alianza, liderado por el actual presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, reforzó la confianza en que los planes de fusión pueden avanzar, de acuerdo con fuentes vinculadas con el pensamiento de ambas partes.
La empresa combinada, entonces, perseguiría una adquisición siguiente, que podría potenciar el negocio para una lucha por el dominio global de la industria, con rivales como Volkswagen y Toyota.
Las fuentes dijeron que Ghosn mantuvo charlas sobre la fusión de Renault con Fiat-Chrysler dos o tres años atrás. Pero la propuesta fue rechazada por el Gobierno francés. Nunca antes se habló de estas conversaciones. El Estado galo tiene el 15% de Renault pero el doble de los derechos de voto. Renault, a su vez, posee el 43% de Nissan.
A su vez, FCA está buscando activamente una alianza o fusión, con su presidente, John Elkann, reuniéndose con varios rivales, como la francesa PSA (Peugeot y Citroen), para sondear un potencial acuerdo que refuerce a la automotriz ítalo-estadounidense.
Es posible que FCA se fusione exitosamente con otro grupo par cuando Renault y Nissan resuelvan sus propios asuntos, según una persona cercana a la alianza.
Pese a que es una automotriz de mediana escala, de 5 millones de vehículos al año, FCA sería un objetivo apetecible, con una capitalización de mercado de más de 20.000 millones de euros. Renault, Nissan y el tercer miembro de la alianza, Mitsubishi, tienen un valor combinado superior a los 50.000 millones. Su objetivo es vender 14 millones de vehículos en 2022.
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