Ribeiro está un paso más lejos de la salida de su concurso preventivo que inició en 2021 y que, según proyecciones de la empresa, se resolvería este año. Sucede que la Justicia no homologó la oferta de pago que presentó la empresa para saldar la deuda con sus acreedores tenedores de obligaciones negociables (ON).
Tal como informó la compañía oriunda San Luis a la Comisión Nacional de Valores (CNV), Ribeiro, cuyo concurso acumula un pasivo superior a los $ 5300 millones, presentó su propuesta en varias oportunidades entre diciembre de 2022 y julio de 2024. En esta última instancia, logró la conformidad por parte de los acreedores.
Previo a dar su veredicto acerca de la homologación de la oferta, el Tribunal concursal decidió acudir al Ministerio Público. Luego de un profundo análisis de la deudora y de su propuesta, la Fiscalía de Primera Instancia perteneciente a aquel organismo, recomendó la homologación.
Esta resolución se dictó el 4 de octubre de 2024. "En dicho pronunciamiento, el Juez, sin considerar los fundamentos y recomendación del Ministerio Publico, decidió no homologare la propuesta, entendiéndola abusiva por no contemplar un ajuste por la inflación padecida y considerando que sus términos alteraban el privilegio de los acreedores laborales", indicó la compañía, en el texto que envió a la CNV.
La empresa de retail fundada por la familia Ribeiro y conocida por sus 'minicuotas', no obstante, apeló la resolución. Ahora, el proceso está a la espera del dictamen de su titular.
Ribeiro ya había llegado a un acuerdo con sus acreedores a fines de 2023. "En el marco del proceso que la firma lleva adelante y tramita ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N°23, se consiguió la aprobación unánime de la propuesta concursal y su mejora por parte de los obligacionistas presentes en la asamblea extraordinaria de tenedores de Obligaciones Negociables, alcanzando las mayorías que exige la ley", detallaba el comunicado que la compañía envió a la CNV en ese entonces.
Pese a que logró las adhesiones que establece la ley, su concurso no terminó ahí. Todavía necesita que la Administración Federal de Ingresos Públicos Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) dé su visto bueno, que, por la magnitud de su acreencia ($ 1018 millones) recibe un tratamiento privilegiado.
En su mejor momento, el retailer llegó a tener 87 sucursales y una facturación de u$s 370 millones. Pero la devaluación de 2018 marcó el fin del crecimiento y el inicio de su debacle. Quedaron en pie 16 locales y de 2000 empleados pasó a más de 600.
Desde que se presentó en convocatoria, en agosto de 2021, luego de que fracasara la búsqueda de inversores que se sumen al negocio, la empresa se achicó en medio de la reestructuración que atravesó producto de la reconversión del retail. Desde entonces, conserva una estructura mínima que busca eventualmente relanzar con la reapertura de locales, más ventas por Internet y el relanzamiento de Minicuotas Ribeiro, su línea de financiamiento, que le permitió captar a segmentos de población no bancarizada.
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