El encuentro se realizó en la empresa Flexus, en un contexto distendido para compartir miradas, tensiones y sobre todo preguntas en este contexto económico desafiante. Uno de los momentos de la jornada fue la entrevista de Juan Cabutto, director de Dinamo, a José Luis Acevedo. El empresario propuso una analogía contundente para pensar qué está pasando con la economía argentina: “Esto es como una máquina con motores. Y algunos, se apagaron”.
El cambio de motores (y lo que eso significa para las pymes)
“Argentina venía de un régimen económico donde el consumo y el gasto público eran los dos grandes motores. Motores eléctricos: los prendés y arrancan rápido. A la política le encantan, porque activan de inmediato y la gente lo siente enseguida”, explicó. Habló de planes como el Ahora 12, de subsidios al consumo, de la obra pública como dinamizadora. Todo eso, hoy, está en pausa.
“Cuando asume Milei, esos motores se apagan. Y como todo motor eléctrico, cuando se apaga… frena en seco”. Pero en su lugar, se intentan encender otros dos motores: la inversión y la balanza comercial positiva. “Son motores pesados, lentos, difíciles de arrancar. Pero una vez que arrancan, cuesta frenarlos. El desafío es ese: lograr que arranquen”.
¿Cómo fomenta la inversión un Estado que no invierte? Limpiando el terreno: “Sacando trabas, simplificando, dejando que el que quiere hacer, haga. Si te va bien o mal, depende de vos. Y eso a los que hacemos, nos encanta”, aclara el empresario.
Precios relativos, rentabilidades cambiantes y negocios que se reconfiguran
José Luis Acevedo también habló de los precios relativos, con un ejemplo simple y local: “¿Cuántas cocas es un fernet?” Esa proporción, que muchos consumidores y consumidoras saben detectar casi intuitivamente, hoy está completamente alterada. “Los precios se están reajustando. Lo que estaba barato, empieza a subir. Lo que estaba carísimo, empieza a caer”.
Y lo mismo pasa con la rentabilidad. “Algunos dicen: ‘Che, ¿cuándo se activa esto?’. Lo que en realidad están diciendo es: ‘No estoy ganando la plata que ganaba antes’. La mala noticia es que tal vez no la vuelvas a ganar. La buena, es que gran parte de lo que ganaste, fue con un precio artificial”.
¿Entonces? Toca adaptarse. Porque también están los que hoy se están forrando: vendiendo igual o más que antes, ajustando precios, trasladando inflación y ganando más… en dólares.
La eficiencia como salvavidas (y como oportunidad)
En ese nuevo mapa, el gran activo de las empresas ya no es la rentabilidad fácil, sino la capacidad de gestionar con eficiencia. “La rentabilidad te emboba. Cuando tenés márgenes altos, te relajás. Comprás sin mirar. No cuestionás procesos”. Pero cuando bajan los márgenes, la lupa va a los detalles: los gastos hormiga, los sobrecostos, los procesos ineficientes.
“Ahí es donde se puede recuperar rentabilidad: ajustando estructuras, mejorando procesos, leyendo mejor el mercado.” Y, aunque todo esto ocurra en un contexto incierto, hay un dato alentador: “La baja de la inflación permite leer mejor. Da información más clara. Y con información clara, se puede tomar mejores decisiones”, concluye el empresario.
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Lucas Maidana :
El joven José Luis Acevedo no sabe como dibujar que el tipo al que votó y pensó que iba a mejorar la economía y hacer crecer su empresa, simplemente se la está fundiendo mes a mes. Le falta mucho por vivir para opinar de estos temas.