Había una vez… un rincón de lectura para niños

El hábito de la lectura de libros comienza a desvanecerse para darle lugar a otros modos de ocio y entretenimiento digitales. Por eso, para cambiar o crear nuevas costumbres, la decoración de un espacio es imprescindible en esta materia. Mirá cómo, en nota completa.

Un rincon para la lectura pensado sólo para los más pequeños.
Un rincon para la lectura pensado sólo para los más pequeños.
Una biblioteca puede resolverse con un simple cajón de frutas.
Una biblioteca puede resolverse con un simple cajón de frutas.
Una escructura de madera simple es fácil de trasladar y llevar el rincon a cuaquier parte.
Una escructura de madera simple es fácil de trasladar y llevar el rincon a cuaquier parte.
Una carpa Tipy hecha con sábanas. Ingeniosa solución para los más pequeños.
Una carpa Tipy hecha con sábanas. Ingeniosa solución para los más pequeños.

Para tentar a los niños y acercarlos al mundo de la lectura de libros de papel, la preparación de un rincón de lectura digno de fantasía es crucial.

Lo colores vibrantes son fundamentales para poner en condiciones estos espacios y dejarlos a la “altura” de los más chicos. De esta manera, profesionales recomiendan la incorporación de colores primarios como así de texturas y todo tipo de estampados.

El mobiliario para adornar este rincón es simple y fácil de montar; no requiere de grandes piezas ya que sólo con un sillón o colchón y una biblioteca pequeña o repisa es suficiente.

Los rincones de lectura remiten a escondites, una suerte de fuerte o castillos que armábamos de niños con sábanas. Por esta razón, muchos de estos espacio cuentan con “techos” y “paredes” con iluminación propia que se consigue a través de veladores o incluso luces de Navidad.

Tu opinión enriquece este artículo:

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.