Luego del escándalo del #dieselgate, que pegó a Volkswagen pero que golpeó a toda la industria, apareció una especie de consenso tácito: el futuro de la industria del automóvil será eléctrico, debido principalmente a las nuevas reglas de control de emisiones de gases contaminantes. Además hay un factor geoeconómico: se sabe que China va a apostar al cambio de paradigma para liderar la industria a futuro.
Eso es lo que más o menos se sabe hoy, pero Carlos Tavares, CEO de PSA Peugeot Citroën y presidente de la ACEA (asociación de los fabricantes de Europa) cree que hay muchos puntos sin resolver en esta ruta que nadie parece discutir.
“El auto eléctrico ya está colocado como alternativa obligatoria para todos los fabricantes de vehículos en Europa. Pero nadie explica el cuadro completo de la tecnología. Primero, no se puede hablar de limpieza de emisiones sin fuentes de energía limpia, no sirve de mucho tener una flota eléctrica abastecida con usinas de carbón, entonces ¿como vamos a generar toda la energía necesaria?”, se pregunta Tavares, en una nota de Automotive Bussines.
“Segundo: es preciso al menos un año antes establecer una red eléctrica con la densidad de energía suficiente para alimentar a esa flota, eso cuesta dinero, ¿quién lo va a pagar? ¿Se van a aumentar impuestos? Tercero: la carga fiscal aplicada hoy sobre los combustibles es un importante fuente de ingreso para el fisco de los gobiernos; cuando sea transferido a los eléctricos ¿el consumidor todavía encontrará ventajoso un eléctrico?”.
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