Alejandro Ammann, director y fundador de Boina cuenta: “No hay nada mejor que trabajar con una marca que nos deja crear y hacer y -sobretodo- que confía en nosotros. Para Creambury planteamos una estética desestructurada, amigable y cercana, con comunicación en primera persona”.
El isologotipo también presentó cambios, aunque tratando de respetar los colores de la marca. “Al isologo le quitamos los contornos para lograr una imagen más limpia y mayor legibilidad”, agrega Ammann.
En el evento de apertura del local de Av. Recta Martinolli unos divertidos personajes (que también protagonizan la carta) entregaron folletería a los automovilistas que pasaban, mientras la banda Dúo Dos Cabezas acompañaba con un acústico.
Agostina Castoldi actual socia de Creambury explica que “en agosto de 2014 compramos la marca con el objetivo de volver a posicionarla en el mercado, y en 2015 inauguramos la franquicia en el Buen Pastor con un diseño distinto al que se venía utilizando. A partir de la excelente repercusión que tuvo intentamos unificar la imagen bajo la misma estética general que hoy está en desarrollo”.
La apertura del local de Recta Martinolli es la primer franquicia propia de la marca y según Castoldi, “no sólo busca impulsar un nuevo desarrollo de marca, sino también una nueva y variada carta de productos para el consumidor”.
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