Ya va a hacer un año de la muerte de Néstor Kirchner, un año desde que la frase “Fuerza Cristina” se apoderó completamente de su imagen y de su campaña. Los spots de campaña, al igual que el anuncio de su candidatura, tardaron en aparecer.
Los mismos tienen una impecable coherencia y prolijidad: absolutamente todos giran en torno a la palabra fuerza y en todos se pueden encontrar muchas cosas en común. Las imágenes no parecen producidas sino tomadas desde la misma realidad, ella nunca aparece sola sino siempre rodeada de gente y en la mayoría abrazando y tocando a sus seguidores; su candidato a vice solo se menciona en una plaquita final, nunca aparece, todo se centra en su imagen, todos siempre sonríen y se muestra mucha fiesta y celebración popular (con el subtítulo final, "aplausos y ovación").
La mayoría de los spots son imágenes que ilustran lo que parecen ser fragmentos de discursos, como en “La Fuerza de Él”, “Fuerza Argentina”, “La Fuerza de la Ciencia” y muchos otros similares (la fuerza del amor, la inclusión, la familia, la igualdad, la alegría, el futuro, el trabajo, la vida) en los que se habla de un tema en particular pero con la misma modalidad discursiva, subtitulados, con un mensaje sumamente optimista y con la misma plaquita final cerrando los spots.
Luego comenzaron a aparecer propagandas de tipo testimoniales, en las que protagonistas de diferentes ámbitos comparten sus historias, así fue como apareció: “La Fuerza de Cecilia”, una científica que pudo volver a trabajar en su país, “La Fuerza de Atilio” un hombre mayor que vuelve a trabajar porque reabren la fábrica en la que trabajaba, “La Fuerza de Elena”, una mujer muy humilde que conoce la tv porque le colocan la antena, y así casi 10 comerciales con el mismo estilo, tomando acciones de gobierno implementadas y contadas como una película, con música emotiva, el planteamiento de un conflicto y el infaltable final feliz.
La campaña de Cristina Fernández fue coherente, basada 100 por ciento en su imagen, prácticamente no se basó en promesas futuras, no confrontó con otros candidatos y se apeló constantemente a las emociones. La efectividad está a la vista.
El triunfo de la Fuerza
La campaña de Cristina Fernández de Kirchner se centró en una sola palabra: Fuerza, una palabra que se comenzó a asociar a su figura cuando enviudó hace ya casi un año. Fuerza escrita en las banderas, fuerza en los gritos de la gente, la palabra tomó tanta fuerza (valga la redundancia) que se usó para la campaña como eje absolutamente central.
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