Nicolás Zaffora representa un oficio tan antiguo y peculiar, que a veces parece olvidado: la sastrería consiste en la confección artesanal de prendas de vestir, desde trajes a camisas. De la mano de Florencia Moyano Carranza Meetings & Events, el profesional dio la semana pasada su primer charla en Córdoba, donde compartió algunos de los aspectos fundamentales sobre estilo masculino. A continuación, 5 claves que nos contó (y que esperamos te ayuden, para que construyas tu imagen personal a partir de tu vestimenta).
Nuestra imagen comunica
Zaffora resume: “Hay que partir de la base de que la imagen importa”; y agrega “En nuestra especie uno de los sentidos más importantes es la vista, por lo que si nos vemos bien nos aceptan mejor”. Hecha esta aclaración, el sastre resaltó que no existen recetas mágicas o modelos perfectos a replicar; en sus palabras: “Depende de cada uno, de lo que hace, y de lo que quiere proponer de sí mismo; cada uno tiene que buscar su estilo”.
Teniendo esto en cuenta, el asesor de imagen sugiere que al elegir nuestra vestimenta, pensemos a la misma como una herramienta comunicacional: ¿qué queremos decirle al resto? Zaffaro aclara: “Cómo te vestís es una externalización de vos; sos vos eligiendo la ropa y lo que vos querés transmitir de vos mismo”. En ese sentido, según el experto existen varios “arquetipos” en los que podemos basarnos a modo de guía: “Por ejemplo, en el mundo de las finanzas y las leyes, la imagen tiene que comunicar confianza; no podés permitirte estar demasiado `estridente´, porque eso no comunica la idea de profesionalismo. Por el contrario, el artista plástico puede jugar todo lo que se le cante con lo `estiloso´ o incluso `ridículo´, porque es parte de su vuelo creativo”.
Leer el contexto
La otra cara de esta moneda, es el ámbito en el que nos encontramos. Zaffora explica: “Se trata del "uno" y el "dónde está"; ahí tiene que estar la imagen: lo que yo quiero proyectar de mí, en ese contexto determinado”. El sastre afirma que el vestir está estrechamente relacionado con la educación: “Hay un `donde fueres haz lo que vieres´, que termina siendo la ley de educación número uno. Esto implica vestirse más o menos como está el resto dentro de ese contexto, lo que no quita que puedas `subir´ o `bajar´ un poco; pero hay parámetros”.
Zaffora aclaró esta postura con dos ejemplos: “En oriente, es imposible no usar corbata en una reunión diplomática. No vayas con el cuellito suelto, porque para ellos es una falta de respeto”. Por otro lado, se refirió al caso de Evo Morales: “El presidente de Bolivia nunca está de traje convencional; suele tener una chaqueta bien hecha, con un cuello mao y apliques de colores correspondientes a los pueblos originarios. Todo eso es adrede y le queda bien, porque él es el presidente de su país, que tiene una identidad propia. Está muy ubicado, porque hay una identidad que reivindica esos orígenes”.
¿Y en Argentina?
Según Zaffora y -como ocurre con tantas otras incógnitas en nuestro país-, la respuesta no es fácil; el experto asegura: “El argentino se desenvuelve con bastante libertad, casi hasta en extremo; a veces hasta pareciera que la ley fuese subjetiva. Por eso las normas siempre son menos respetadas, esto hace que los parámetros sean menos claros en la vestimenta”. Esto hace la labor del sastre aún más complicada: “Los asesores de imagen, en este contexto, no podemos estar atados a reglas; nuestro trabajo en Argentina pasa por nuestra sensibilidad”.
A lo nuestro: qué usar en el mundo de los negocios
Como ya dijimos, en este ámbito lo crucial es comunicar profesionalismo y confianza. Para ello, Zaffora habló de la importancia que tienen los colores: “Para representar estas ideas, tenemos que acudir a colores neutros, como los grises y azules”. Además, se refirió a los detalles de las camisas, sobre los que dijo: “En el mundo de los negocios, podemos apostar por las camisas a cuadros, siempre y cuando estos sean chiquitos. Si los cuadros son de dos colores (uno horizontal y otro vertical), mientras sean chiquitos, está bien”.
Por otro lado, también aclaró que particularmente en el mundo de las finanzas internacionales, prima el estilo inglés, al que definió como: “una forma de vestir más sobria: los sacos son más armados, de espalda ancha y bien entallados; los pantalones no son muy al cuerpo, aunque tampoco gigantes”.
Tips que nunca fallan
Por último, algunos consejos prácticos que pueden servirte de guía:
El saco: su color debe ser más oscuro que el de la camisa (salvo cuando el traje sea blanco). Además, el botón que se abrocha tiene que ser siempre el que entalla: si tiene 3, pueden ser el de arriba y el medio (o solo el del medio); si tiene dos, solo el de arriba; ¿el de abajo?, ¡jamás!
La camisa: El largo del cuello suele ser inversamente proporcional al de la cara de su usuario: los rostros redondos se ven favorecidos por cuellos largos, y las caras más alargadas por los anchos. Por otro lado, el puño debe sobresalir del saco (y un buen detalle, es bordar las iniciales de su dueño allí).
Medias y calcetines: Las medias largas -si se ocultan bajo el pantalón y coinciden en color-, alargan la pierna. Los calcetines de colores distintos al del traje, son una buena oportunidad para combinar con accesorios como tirantes y pañuelos.
Pañuelo de bolsillo: Camisa blanca y pañuelo del mismo color, es ir a lo seguro; además, debe verse 1 cm por encima de la solapa del bolsillo. Queda terminantemente prohibido un pañuelo del mismo color y tela que la corbata (aunque esto no quiere decir que no puedan combinarse de otra manera).
El cinto: Cuando los zapatos son negros, se debe replicar ese color; la única excepción son los trajes azules, donde un cinto negro corta al medio y ensancha el abdomen. Con los trajes grises, el color del cinturón es indistinto.
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