¿Hace cuánto preside Shell?
Casi 13 años. El 30 de junio termino mi etapa en la compañía, en la que me desempeñé durante 37 años. Hay que dejarle lugar a los que vienen.
- Mirando desde el presente aquel 2005, cuando Néstor Kirchner llamó a boicotear a Shell no comprandoles “ni una lata de aceite" y los piqueteros de D’Elía amenazaban con destrozar sus estaciones ¿Por qué cree que fue víctima de tamaña presión del Gobierno?
Cuando uno defiende lo que le parece que es correcto, cuando cumple con sus obligaciones, se fortalece, no se victimiza. Yo no me sentí perseguido sino expuesto, porque uno administra recursos de otros. El boicot fue una respuesta a que nos negamos a vender. (Néstor) Kirchner pensó que podía comprarla a través de Enarsa pero nosotros ya habíamos decidido apostar al país.
- ¿Por entonces se sintió solo como empresario? ¿Abandonado por sus pares?
Las circunstancias dieron que en el sector de la energía sin dudas la única compañía que fue afectada fue Shell y en el resto de la economía fuimos los primeros. Después algunos se dieron cuenta que estaban golpeando a su puerta. Pero sí, 2005, 2006 y hasta 2007 estábamos un poco solos. En el 2003 había cuatro empresas privadas: Repsol, Exxon, Petrobras y Shell. Después de la fallida administración de los Eskenazi, expropiaron la primera; la segunda se la dejaron a los Bulgheroni y los chinos, y Petrobras a (Cristóbal) López. Resistimos. Ahora son más los que consideran que en ese entonces la conducta debería haber sido distinta.
- ¿Y a qué atribuye ese cambio de conducta en sus pares?
A veces algunos prefieren vivir en una zona de confort y también tenemos establecidos en la sociedad argentina que la autoridad per se tiene razón y no es así. Todos somos responsables de construir y no esperar que el de arriba decida por todos. Cuando hay reglas que no son constitucionales, nuestra obligación, como actores económicos, es decirlo y tratar de transformarlo.
- ¿Es cierto que el boicot hizo que ganara más dinero la empresa?
La compañía sí, porque la demanda interna cayó bastante y, como entonces no había restricciones para exportar, vendimos afuera donde el precio era mucho mejor que acá y obtuvimos gran rentabilidad. Los que se perjudicaron fueron los estacioneros. Nosotros los ayudamos con financiación, pero fueron momentos difíciles para muchos de ellos, que son empresarios pymes.
- ¿Tiene causas judiciales pendientes con el Gobierno?
De las 54 causas donde (Guillermo) Moreno pidió prisión, en todas fui sobreseído. De los pedidos de 82 multas sobre la compañía, todas las apelaciones fueron favorables y en 38 de ellas el pleito llegó a la Corte Suprema de Justicia, donde se nos dio la razón. En las demás ese tribunal las está enviando a (los juzgados de) 1ra. Instancia porque están prescriptos. En resumen, ninguna demanda prosperó.
- ¿Dónde debería centrarse la política energética de la próxima gestión?
He sido crítico con cierta política de este gobierno aplicada en gran parte de los últimos años. Pero a partir de la expropiación de las acciones de Repsol-YPF, el gobierno ha cambiado y ha reconocido una realidad: por ejemplo, que para atraer capital es necesario darle condiciones, como exportar sin retenciones y dejar parte del contenido de esas exportaciones en el exterior, porque es la regla fundamental: si queremos que alguien quiera traer dinero al país es para que en algún momento pueda tener una rentabilidad ordinaria (subraya) y poder sacarla del país. Hoy es fundamental, aún si el vencedor es un representante del actual gobierno, resolver el principal problema del país que es importar el 12% de la matriz energética primaria. En un país que tiene recursos tenemos que generar las condiciones para poder transformar esos recursos en reservas y evitar tener que pagarle al exterior lo que tenemos en nuestro propio territorio.
- ¿De la herencia “K”, la pérdida de soberanía energética es el mayor de los problemas?
Este populismo energético en Argentina nos llevó a pagar hoy US$ 77 el barril cuando en el mundo cuesta casi US$ 60. Es un crimen estar pagando para importar el 12% de la energía que necesitamos ya que la dependencia a las importaciones debilita nuestra capacidad de autodeterminación, y en algunas oportunidades, pone en riesgo nuestra soberanía.
- ¿Cómo está compuesta la matriz energética hoy?
La matriz es en un 87% de origen no renovable (gas 53%, petróleo 33%, biocombustibles 5%).
- ¿Con YPF en manos del Estado se está produciendo más?
El tope de producción del petróleo crudo fue en 1998. Desde entonces cae, incluyendo el primer trimestre de 2015. Hoy se produce alrededor de un 30% menos que en aquel entonces. En Brasil, en ese período la suba fue de más del 400%. En 1998, tanto Argentina como Brasil tenían una producción diaria muy similar, en torno a los 650.000 y 700.000 barriles diarios. Hoy, Argentina está en 540.000, mientras que Brasil llevó esa producción a más de 2,6 millones de barriles por día.
- ¿Está cara la nafta en Argentina?
Hoy pagamos por los combustibles más que en el exterior si tomamos el tipo de cambio nominal, pero si se tiene en cuenta el tipo de cambio de equilibrio -que hoy muestra el mercado ilegal en el país- no hay atraso cambiario.
- Dijo que habría que intervenir Enarsa…
Enarsa es lamentable para el país, y antes de decir si conviene sostenerla o no debería ser intervenida y estar sometida a auditorías contables, como cualquier empresa, para ver si actuó conforme a las reglas de mercado y, también, ajustada a derecho.
- ¿Le gustaría ser el Secretario de Energía de Macri, si este es electo Presidente?
Me gustaría colaborar pero eso no lo decido yo, lo decidirá la ciudadanía. Primero votando entre Macri, Sanz o Carrió y después, si el ganador de ese espacio, que todo indica que será Macri, estima que yo puedo ayudar, lo haré.
- Habló bastante del cambio climático. ¿La empresa está pensando en incursionar en energías con menor impacto en el ambiente?
Hoy la energía que más conoce Shell es la no renovable. Sin embargo estamos muy atentos al tema y por eso producimos más gas que petróleo y hoy estamos a la vanguardia en ese hidrocarburo. En ese sentido, la compañía está por adquirir British Gas, empresa con un rol preponderante en el GNL.
- ¿Ve un cambio en el clima para hacer negocios en el país?
Aunque es una definición (clima de negocios) en la que no cree el ministro Axel Kicillof, es fundamental que haya seguridad jurídica, energética, calidad en los recursos, planeamiento y por sobre todas las cosas, un marco regulatorio estable y claro. Creo que muchos en el sector privado están esperando eso.
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