En el manual, confeccionado con materiales reciclados en papel y en una versión digital a la que se accede con código QR, se visibilizan las buenas prácticas circulares que implementaron empresas como Grupo Libertad, XIPA, Grupo RFG-Circularis, Recycle and Denim, Blangino SA, Iveco Group, Metal Veneta, Centro Modelo de Reciclado Cooperativa de Trabajo Recicord Ltda. Recicord, Ondulé, Ecovalor, 3C Construcciones, Geocycle Holcim Argentina y la Escuela Municipal de Economía Circular (EMEC).
Para que una empresa u organización esté en sintonía con los principios de este paradigma de la economía circular, tiene que alinearse con varios principios para luego incorporarlos en sus procesos productivos.
El primero, es regenerar y restaurar, es decir utilizar en sus procesos productivos materiales y energías renovables que permitan restaurar los recursos biológicos de los ecosistemas, aumentando, mejorando o incentivando la reutilización y depuración de aguas residuales.
El segundo, es promover el uso cooperativo y compartido de servicios, impulsando la reutilización de los bienes para así prolongar la vida útil de los bienes de consumo y de las infraestructuras.
El tercero, es incrementar la eficiencia de los productos y servicios, es decir reducir el consumo de materias primas y recursos, minimizando la generación de residuos en las cadenas de producción. Lo anterior, está vinculado con calcular los costes de los procesos y servicios en períodos de tiempo largos, considerando la durabilidad, resistencia, eficiencia, funcionalidad, posibilidad de actualización, de reparación y de reciclado.
El cuarto, es reciclar, reparar e incorporar, es decir promover la recuperación y reutilización del conjunto de los residuos, reciclando los materiales y los recursos que se utilizan en los procesos productivos. Además, de reparar aquellos bienes que sean susceptibles de ser reincorporados al circuito productivo. Se trata de incorporar al sistema productos y recursos mediante la transformación de los residuos.
El quinto, es mejorar la trazabilidad de los residuos que generan las empresas. Es fundamental trabajar en la prevención de los residuos tanto del propio producto como de los generados en su actividad y reducir al mínimo de la incineración y el vertido de residuos, incluso en vertederos.
El sexto, es digitalizar los procesos, es decir optar por los medios interactivos que no requieren materiales físicos para su reproducción, incentivando la digitalización de documentos y trámites administrativos. Se trata de promover las actividades virtuales frente a las presenciales.
El séptimo, consiste en reemplazar tecnologías y servicios tradicionales por otros más eficientes, aplicando nuevas tecnologías y apostando por nuevos productos y servicios más eficientes.
El octavo, es calcular los servicios ecosistémicos, desarrollando métodos de cálculo del valor de los recursos, sobre todo aquellos que suelen ser menos considerados en la economía como los servicios ecosistémicos, es decir el valor no tangible de la biodiversidad.
El noveno, es concientizar, sensibilizar e informar a los consumidores, productores y los distintos organismos y dependencias del sector público acerca de la importancia de implementar los principios de la economía circular incorporando nuevas destrezas y hábitos a favor de una economía más circular.
El décimo, es promover la transparencia de la información en todo el ciclo de su proceso productivo.
Es importante señalar que en el proceso de transición hacia una economía circular las empresas tienen que prever que en el futuro podrán contar con certificaciones y sellos circulares, un sistema de identificación de productos como herramienta de gestión ambiental para promover estrategias circulares en la producción industrial.
Enzo Cravero, presidente del Ente Municipal Bio Córdoba, señaló que esta guía nace con el objetivo de mostrar un conjunto de experiencias que ejemplifican y reconocen la labor desarrollada por muchas organizaciones privadas, que contribuyen de manera anónima a la necesaria transformación de nuestra economía.
“La identificación y difusión de sus buenas prácticas, ilustra y potencia el rol de nuestras empresas en el impulso de la economía circular y pone en valor su compromiso con los desafíos sociales y ambientales, y los esfuerzos que han realizado y realizan en la materia”, agregó Cravero.
Nueva Convocatoria
En la segunda reunión del Clúster de Economía Circular además se abrió la convocatoria para el II Manual de Buenas Práctica Circulares, se seleccionarán las prácticas de empresas, cooperativas y otros actores que se postulen mostrando sus proyectos en ejecución, que demuestren resultados y viabilidad. Para la presentación de candidaturas, quienes quieran ser parte, deberán completar el siguiente formulario.
El plazo de presentación de las propuestas para el II Manual de Buenas Prácticas Circulares estará abierto hasta el próximo 31 de agosto de 2022.
Innovación, escalabilidad y durabilidad
Para incorporar a las empresas a la segunda edición del manual se considerarán varios aspectos como innovación, relevancia para la economía circular, escalabilidad y durabilidad.
En innovación se evaluará si la práctica constituye una respuesta innovadora a cierta necesidad o trabajo innovador de acuerdo a criterio planteado. Se valorará la innovación asociada al triple impacto de la práctica tanto en lo ambiental, social y económico.
Además se considerará si su implementación es relevante para la economía circular, es decir si genera un alto impacto positivo para la transición hacia la Economía Circular de la ciudad de Córdoba.
Asimismo, se evaluará la escalabilidad de la práctica, es decir si presenta potencial para incrementar los beneficios de la institución que lo presenta, sin aumentar sus costos y manteniendo la calidad.
También se considerará la durabilidad, es decir que sea una Buenas Prácticas Circulares que no sea coyuntural, sino que se lleve a cabo durante un período considerable o que tenga las posibilidades de sostenerse en el tiempo.
Se incluirán aquellas prácticas que dan cuenta del impacto en la sociedad y la implicación de la misma en la práctica. Las prácticas deben tener demostración de resultados y ser viables a través de indicadores cuantificables o medibles. Cabe señalar que se valorará de manera positiva que la institución se encuentre participando del Clúster de Economía Circular, además que disponga de una política activa de compras circulares y de una política activa de gestión de residuos.
También es fundamental que disponga de alguna certificación en gestión ambiental, que cumpla con los criterios de circularidad de la práctica. Y se valorará que la práctica se realiza en colaboración con otros actores privados o públicos potenciando las redes de trabajo para fomentar este nuevo modelo de producción circular.
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PABLO CARRASCO :
La verdad que de a poco voy conociendo sobre el tema, y me apasiona. Me parece fundamental que todo se dirija en esa dirección, y aplaudo la iniciativa. Ojalá pueda en breve ser parte de alguno de estos movimientos y/o proyectos.<br /> Ojalá los Gobiernos tomen cartas en el asunto, y no quede solo en intentos privados.<br /> <br /> La mejor de las suertes !!!<br /> <br /> Pablo Carrasco