- ¿Y por cuánto tiempo vas a estar en Barcelona?
- No lo sé.
- Pero, ¿por cuánto tiempo has venido?
- No lo sé.
- ¿Pero estás aquí de trabajo o vacaciones?
Ambas cosas
- ¿Y dónde vives habitualmente?
- En ningún lugar, viajo por el mundo
- ¿Hace cuánto?
- Cinco meses
- ¿Y dónde has estado en estos cinco meses?
- Nueva Zelanda, Australia, Indonesia, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia, Singapur, Francia, Irlanda, Inglaterra y ahora España.
Hace cinco meses que -cuando conozco a alguien y empezamos a charlar de nuestras vida- el diálogo se da una manera similar. Para la mayoría de las personas que no trabajan en industrias relacionadas a la tecnología esta modalidad laboral parece de ciencia ficción o simplemente un sueño hecho realidad.
Pero esta novedosa y creciente modalidad de trabajo ya tiene nombre: “Nomadismo Digital” y quienes se rigen por ella son nómades digitales.
Generalmente se trata de jóvenes de las generaciones Y y Z (millenials), que recorren el mundo de manera económica y aprovechan los recursos de la tecnología para estar siempre conectados y seguir trabajando a distancia.
Los nómades digitales se mueven, trabajan, se comunican y conectan con otras personas gracias, sobre todo, a internet. Son personas que pueden cerrar un negocio desde Koh Lanta a través de Skype para una empresa de Australia, mientras conocen gente interesante y se nutren de nuevas experiencias.
¿De qué trabajan? Hay una cantidad de profesiones que se pueden ejercer a través de Internet: redacción de contenidos, community management, programación, diseñadores de todo tipo, consultores de servicios digitales, fotografía, blogging, etc.
En general hay 3 modalidades de trabajo dentro de este mundillo:
- Freelancers/autónomos: son sus propios jefes y tienen clientes particulares.
- Trabajadores en remoto: trabajan para una empresa concreta, pero sin un puesto físico al que acudir cada mañana. Algunas de las empresas más conocidas por contar con una fuerza de trabajadores en remoto son quizá Buffer, Auttomatic (empresa creadora de WordPress) o Basecamp.
- Emprendedores: tienen su startup o pyme digital. Aquí también podríamos incluir a bloggers que se dedican a vender bienes digitales (cursos, ebooks y demás) para generar ingresos.
¿Desde dónde trabajan? Hostel, hotel, Airbnb, cafeterías y coworkings (la opción más profesional), en lugares de costo de vida sea accesible como el sudeste asiático, el sur y este de Europa o latinoamérica. Algunas de las ciudades más populares son Ubud (Bali), Chiang Mai (Tailandia), Palma de Mallorca (España) y Budapest (Hungría).
Para estos nuevos nómades, las ventajas son más que obvias, empezando por la libertad de poder decidir dónde y cuándo trabajar, el tiempo y dinero ganado al evitar trasladarse todos los días al trabajo, la posibilidad de ganar dinero de países con monedas fuertes y disfrutar de lo que ello puede comprar en países “baratos” y paradisíacos, liberándose del “deber” de trabajar 8 horas para pagar cuentas y salir de vacaciones una vez al año.
En mi caso en particular, con el dinero equivalente a una semana y media de alquiler en Auckland, Nueva Zelanda (donde vivía antes de convertirme en nómade digital), recorrí Vietnam por 20 días y de norte a sur con todos los gastos incluidos: alojamiento, comida, transporte, excursiones.
Pero las ventajas no son sólo para los nómades, sino que las empresas que los emplean en puestos remotos, también salen beneficiadas, como explican Jason Friedman y David Heinemeier Hansson autores de “Remote”, una las biblias del movimiento.
Los empleadores pueden encontrar que los empleados son más productivos cuando no están sujetos a interrupciones en la oficina. Mientras que el trabajo a distancia no tiene sus interrupciones, la mayoría de ellos son voluntarios, por ejemplo chequear Facebook o tomar un aperitivo, pero fuera de eso nadie se asuma en el escritorio de otra persona para tener una reunión improvisada de media hora.
Además, y aunque no es el objetivo principal, el trabajo a distancia permite a los empleadores reducir los costos de espacio de oficinas. Y por último el trabajo a distancia expone malos trabajadores: es más fácil ver que no están haciendo su trabajo sin el “maquillaje” de su carisma en persona.
La libertad que buscan los nómades digitales concuerda con el último informe que la agencia de recursos humanos Manpower presentó recientemente acerca de los Millennials, o generación Z. En el informe se describe la relación de los Millenialas con el trabajo de la siguiente manera:
“Anticipan que van a quitar el pie del acelerador durante su carrera laboral en más -y diversos- momentos. Un 84% prevé tomar recesos de más de cuatro semanas a lo largo del camino, mayoritariamente por razones personales.
Independientemente del género, 4 de cada 10 Millennials están planeando hacer pausas significativas para viajar, tomar vacaciones o relajarse.
Priorizan tres cosas a la hora de elegir dónde y cómo trabajar: dinero, oportunidades de promoción y beneficios. También valoran las vacaciones y el tiempo libre, un ambiente de trabajo flexible y la posibilidad de desarrollar nuevas habilidades.
Están abiertos a adaptarse y proponer nuevas maneras de trabajar. Mientras casi tres cuartas partes de los que trabajan lo hacen a tiempo completo, más de la mitad afirman que están abiertos a nuevas modalidades de empleo para el futuro; independiente, trabajos gig (basados en la economía colaborativa, como por ejemplo, ser conductor de Uber) o múltiples empleos.”
En el futuro se espera que esta tendencia continúe creciendo, acompañada por la digitalización y el auge de la economía freelance, el trabajo en remoto, la creación de startups, los vuelos baratos, la creciente oferta en diversidad alojamientos, la facilidad de conectar con personas y conocer gente nueva. Se estima que para el 2035 haya varios millones de nómades digitales.
Citando al gurú tecnológico Seth Godin, “En lugar de preguntarte dónde vas a ir para las próximas vacaciones, a lo mejor tendrías que organizar una vida de la que no necesites escapar”. (Victoria Olsina)
Tu opinión enriquece este artículo: