Estación Claridad presenta tres unidades de negocio que se potencian entre sí:
El Spa: ofrece terapias cuerpo-mente, sauna seco, ducha escocesa, masajes corporales y faciales, reflexología, fangoterapia, piedras calientes, sillón masajeador, nails spa y más.
Casa de Té: sirve desayunos, almuerzos y meriendas inspirados en los principios de la cocina creativa, adaptados a los ingredientes de cada temporada. Trabaja con materias primas libres de procesados y refinados, obtenidas en su mayoría de emprendimientos locales que apoyan la economía popular y emprendedora.
Estación Respira (Escuela Holística): clases regulares de yoga, meditación y flexibilidad, talleres de activación kundalini, y formaciones como yoga somático y guías de círculos de mujeres.
El enfoque del lugar está orientado a lo sensorial. Tanto la música como los aromas fueron creados y compuestos especialmente para el sitio. Los sabores salen de la huerta y cada rincón está visualmente pensado para ofrecer una experiencia integral. Actualmente se puede disfrutar de una sesión de spa desde $ 39.000 por persona, o circuitos más completos desde los $ 190.000 para dos personas y el almuerzo ejecutivo que trae bebida, plato principal y postre o café a un valor de $ 14.500 por persona.
La nueva propuesta dentro de Estación Claridad es la casa de té Encuéntrate, un emprendimiento propio. El servicio de spa incluía comida pero sus dueños comenzaron a notar que era una de las partes más apreciadas por la gente. Hoy ofrece una gastronomía natural, casera y basada en la alimentación consciente: “Sentimos el impulso de abrir esta propuesta más allá del spa”, afirma Milena Rabbat, fundadora de Estación Claridad.
En el desarrollo de Encuéntraté se invirtieron más de 40 mil dólares, ya que ampliaron la estructura edilicia y seleccionaron muebles de piedra maciza, mejoraron la cocina y reacondicionaron el parque para alojar dos cascadas naturales y crear un jardín comestible.
“Encuéntrate funciona dentro de las instalaciones del spa porque compartimos la filosofía, pero es independiente del spa en sí. Se puede venir a comer en cualquier momento, sin necesidad de contratar un servicio de spa. Es una propuesta novedosa para Córdoba, con opciones veganas y vegetarianas, especias y hierbas que salen de nuestra propia huerta, materias primas orgánicas y un entorno creado especialmente para practicar mind eating: comer en conexión contigo mismo y tus sentidos, sin distracciones externas”, expresa Milena.
Los planes de la fundadora para este 2025 son “seguir expandiendo su visión de la vida”. El próximo mes inaugura nueva sucursal en Villa María, dentro de las instalaciones de un hotel, con una inversión inicial de 20 mil dólares. Mientras tanto, buscan abrir espacios en Paraná, Mendoza y Bariloche.
“Este crecimiento reafirma nuestra misión de sembrar armonía, conexión y oportunidades, especialmente para todas las mujeres que deseen ser parte de este movimiento. Estamos convencidas de que nuestro impacto va más allá de ser un spa: es un espacio de transformación y un proyecto que busca inspirar y conectar. Estación nació de mí, pero hoy ya me trascendió. Se convirtió en un remanso de paz y un espacio de conexión para todo aquel que lo necesite”, señala Rabbat.
En 2024 brindaron servicios de spa a más de 5.000 personas, 200 practicantes se sumaron a las clases de yoga, y ahora busca compartir comida sana, saludable, colorida y creativa con quienes se acerquen a su casa de té.
La historia del Spa
Sobre la idea de instalar este Spa en Córdoba, Milena cuenta: “Siempre digo que no estaba en mis planes, pero sí en mi destino. El inicio de un viaje, que hoy se materializa como un spa, una casa de té y una escuela holística, nace desde mi propio caos. Nietzsche dice que del caos nacen las estrellas y en esa frase puedo resumir un poco mi historia. Acababa de recibir mi título de licenciada en Relaciones Públicas e Institucionales, pero me sentía completamente perdida sobre el rumbo que quería tomar. En medio de esa confusión, decidí viajar al extranjero con la excusa de perfeccionar mi inglés y pensar en nuevas posibilidades y fue allí cuando comencé a practicar yoga diariamente. Siempre había estado conectada con el cuerpo y la danza, pero nunca había explorado la filosofía del yoga a profundidad. Al hacerlo, mi vida cambió por completo”.
Es la práctica del yoga lo que le generó tal interés, al punto de querer dedicarse por completo a ello y poder así ofrecer un servicio dedicado al bienestar general: “El yoga empezó a tener más peso que el inglés y mi viaje tomó otro rumbo: profundizar en esta filosofía milenaria y en mi autoconocimiento. La meditación se volvió mi faro de luz. Regresé a Córdoba con la certeza de que mi propósito era expandir esta medicina al mundo. Mi misión es, y seguirá siendo, crear espacios que inviten a conectar con formas de vida más amables, sostenibles y armónicas tanto con nosotras mismas como con el entorno”, concluye.
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