El expresidente Mauricio Macri, cofundador de Cambiemos y, probablemente, el gran elector para la ronda democrática del 2023, recibió en su despacho al candidato a gobernador de Hacemos por Córdoba, Martín Llaryora, en su oficina. Los aliancistas cordobeses -con excepción a los que integran ese núcleo del PRO- sintieron el conciliábulo como una puñalada a traición.
Litros de tinta se han derramado para contar la sintonía entre Macri y el gobernador Juan Schiaretti y justificar los temores de la dirigencia cordobesa que exige, casi como prueba de vida, que cada integrante de la Mesa de Juntos por el Cambio exprese que “quieren ganar el Córdoba”. Los presidenciables del partido amarillo, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, lo hicieron y lo repitieron ante el espasmo que provocó la filtración del encuentro traumático.
Juez exigió no hablar con “enemigo” y el radical Rodrigo de Loredo, cercano a Macri porque lo apadrina en su aventura por la gobernación, admitió su preocupación por el acercamiento.
El golpe surgido desde el corazón de JpC llegaba inmediatamente después de días intensos por la confirmación de la aventura provincial del jefe de diputados de Evolución UCR y los fuertes contrapuntos en la Legislatura por la re reelección y los privilegios compartidos entre el peronismo y algunos aliancistas que desnudó la tragedia vial que protagonizó el licenciado Oscar González.
Los múltiples puntos de alarma de la oposición trajeron algo de alivio al campamento del gobernador y el intendente capitalino. Desde hace meses, la sucesión de crisis no les da respiro y conspiran contra el plan de instalación de Llaryora que ya debía estar en marcha. El corolario fue el conflicto en el sector Salud de la provincia, a partir del reclamo de médicos y personal sanitario autoconvocado por mejoras salariales y laborales. Esta vez, la potente HpC no vio venir el cisma entre los gremios oficiales y los trabajadores que, combinada con la subestimación inicial, configuró uno de los conflictos más preocupantes que debe resolver el gobierno de Schiaretti.
Y es precisamente ese escenario el que eligieron los referentes de JpC para dar una señal de unidad y de reordenamiento del “objetivo”. Juez, De Loredo y el diputado Mario Negri compartieron ayer un encuentro con el Consejo de Médicos de Córdoba.
Allí surgió una foto que intenta ratificar la vocación frentista y el rol de oposición al Gobierno de la Provincia.
Durante el encuentro, el presidente de la entidad, Héctor Oviedo e integrantes de la Comisión Directiva analizaron detenidamente la delicada situación de salud en la Provincia. Esta participación es seguida con atención por el oficialismo por el tono crítico del referente de este sector profesional.
“El panorama de la salud es desolador, se notan los años de abandono”, apretó la llaga el senador. Y agregó: “En estos 24 años han abandonado la salud pública casi al límite de dejarla tirada al costado de la banquina. Va a costar enormemente poner en funcionamiento toda una estructura donde la salud, la educación, la seguridad y la justicia son temas fundamentales”.
Después, apuntó: “El tema es mucho más grave de lo que el Gobierno quiere que parezca. Es mucho más profundo porque tiene una raíz de muchísimos años de abandono. Nosotros nos vamos preocupados, pero también sabiendo que vamos a tener que estar muy atentos porque este nivel de conflictividad va creciendo y sus consecuencias nadie las puede visualizar pero si sabemos que quienes la sufrirán serán los que menos tienen”.
En este sentido, Juez patentiza la incertidumbre en El Panal: vieron el origen del conflicto, pero no saben a ciencia cierta cómo terminará porque no se trata sólo de un reclamo paritario. Incluso, va adquiriendo ribetes nuevos porque el propio José Pihen, del SEP, salió a presionar a la Provincia cuando el reclamo lo dejó el off side también.
Por su parte, De Loredo se solidarizó con el reclamo. “Acompañamos el reclamo genuino y justo del equipo de salud de nuestra provincia. Además, pudimos intercambiar con los profesionales del Consejo de Médicos los otros problemas que afectan al sector, por fuera de lo salarial. Creemos que hay que visibilizar estas situaciones”, destacó.
“El gobierno provincial, junto a un gremio cómplice, pretende romper el frente del reclamo, en un intento de aplicar su estrategia silenciadora. La salud de Córdoba no puede admitir más parches, parciales y a cuentagotas. Necesitamos resolver lo urgente y acordar una política de estado que garantice una política de salud de excelencia y que reconozca al personal de salud que la sostiene”, enfatizó para luego hablar de la presunta caída en la inversión sanitaria.
Otro de los participantes, Negri habló de “default social" en Córdoba. "Nos llama mucho la atención la caída de profesionales que se reciben por año, estamos hablando de Córdoba, el deterioro que hay en el interior de la provincia con la atención primaria, la falta de equipamientos y recursos", expresó el jefe de bloque de la UCR en la Cámara Baja.
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