Y la otra feria... hmmm... ¿también?

Daniel González: “No fui a la exposición de Feriar, pero sí a la que está en el Dino de Rodríguez del Busto; es una carpa en donde los animales están en condiciones realmente lamentables, con la música a niveles altísimos (los perros escuchan unas cuantas veces más que los humanos) y las personas hacinadas en pasillos que no llegan a los dos metros de ancho entre los caniles que se encuentran enfrentados. La entrada: 15 mangos, y ahí ni siquiera tenés un lugar para sentarte a tomar algo (ni bueno, ni caliente, ni frío: nada). Pero es como todo: nosotros somos en parte responsables de estos negocios, porque pagamos la entrada; no hay que ir más y así evitamos estafas, malos servicios, y sobre todo, el sufrimiento de los pobres animales que son los principales perjudicados”.

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Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.