La crispación de las familias y las pequeñas empresas por los aumentos en las boletas de gas es entendible. Pero no hay que perder de vista que el problema se generó como consecuencia de un perverso esquema de manipulación de las tarifas que exacerbó el consumo y destruyó la capacidad de producción gasífera. De esta crisis no se sale promoviendo intervenciones oportunistas del Poder Judicial sino con reglas que incentiven la producción y moderen el consumo.
Los aumentos en las tarifas de gas han provocado encendidos reclamos por parte de las familias y las pequeñas empresas. El rechazo se potencia no solo por la magnitud de los incrementos sino porque coinciden con la llegada temprana del clima frio, el deterioro de las remuneraciones reales a raíz de la aceleración inflacionaria y el estancamiento en el nivel de la actividad económica.
Algunos usuarios hicieron presentaciones judiciales que, en general, fueron receptadas positivamente. A través de medidas cautelares en diferentes instancias judiciales se llegó a declarar la nulidad de la aplicación del nuevo cuadro tarifario. Esto ha generado un clima de incertidumbre que justifica evaluar si las decisiones judiciales tienen fundamento técnico o son meras reacciones oportunistas.
Para echar luz sobre la situación en la que se encuentra el país en materia de gas sirve apelar a los datos de producción de este recurso energético. Según el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas se observa que:
- Entre los años 1990 y 2004 la producción de gas aumentó de 23 a 52 mil millones de metros cúbicos anuales.
- Entre los años 2004 y 2015 se redujo de 52 a 43 mil millones de metros cúbicos anuales.
- El nivel de producción de gas actual es similar al que había en el año 1999.
Estos datos muestran que entre los años 1990 y el 2004 la producción de gas se duplicó, mientras que entre los años 2004 y 2015 se contrajo en casi un 20%. Semejante involución llevó a que actualmente se produzca un nivel equivalente a hace 16 años atrás, cuando la población y la actividad económica eran mucho menor. Esto da una idea de la escasa disponibilidad de gas para el consumo de las familias y las empresas.
Informe completo de Idesa aquí - http://idesa.org/informes/1489
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