72 años no son nada: la increíble historia de Casa Cappellón, el almacén de ramos generales (que empezó en un sulky)

(Por Augusto Laros). Fundada en 1952 se ubica entre los comercios más antiguos del departamento Río Segundo. Un negocio que es mucho más que eso: es un símbolo de trabajo, dedicación y también de amor.

 

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Costa Sacate, un rincón de tranquilidad en un país agitado. Este pueblo cordobés de menos de dos mil habitantes ha sido testigo de una epopeya empresarial que ha marcado la vida de muchas generaciones. En una esquina, que a estas alturas se ha convertido en una leyenda, se encuentra Casa Cappellón, el almacén de los siete siglos. Un negocio que es mucho más que un negocio: es un símbolo de trabajo, dedicación y también de amor. 

Todo comenzó en la década del 40´, cuando un joven emprendedor decidió enfrentar el destino con la determinación de quien sabe que el futuro es incierto pero lleno de posibilidades. Su nombre era Evaristo Cappellón, y su viaje no empezó en un lujoso despacho ni con un plan de negocios sofisticado, sino en un humilde carro y un caballo que le habían prestado para que pudiera salir a vender por los campos de la zona. 

Era un tiempo de necesidades y desafíos, tras la trágica pérdida de su padre, quien falleció al caer de un andamio mientras trabajaba. Evaristo, con menos de 20 años, tomó el timón de su vida y decidió ofrecer tela en su carro, un acto que marcaría el inicio de una saga familiar. “Salía en el carro a ofrecer telas. Además comparaba en el campo lo que encontraba para después venderlo”, recuerda su hijo Carlos, de 72 años.

En 1952 el hombre alquiló un pequeño local en Costa Sacate y montó por fin su primer negocio, aunque sin dejar el carro todavía. Carlos cuenta que había poquitas cosas en el local. “Para que no se notara tapaba los estantes con cajas vacías”, dice. “Después vendió el carro y compró un Ford A que no podía arrancar nunca”. Evaristo pasó muchos años ahí, hasta que comenzó a alejarse del trabajo por problemas de salud. Entonces ya había comprado la propiedad. También hacía varios años que Carlos se había involucrado en el negocio, hasta hacerse cargo junto a su esposa Liliana Ahuir (68).