El mercado debería crecer entre un 15% y un 20%

Agustín Roberi / Alladio

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“Las marcas de la empresa han tomado una participación mayor de un mercado que el año pasado fue menor”.
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“El desafío para este año es, con estas restricciones que están operando del lado de la oferta y del lado de la demanda, tratar de consolidar la posición que hemos tomado”.
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“El mercado nuestro es un mercado muy maduro, con una saturación por encima del 95% y ya hoy empieza a ser de reposición”.
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Hoy, en el departamento modelo de Cardinales Cofico (GNI), se sienta Agustín Roberi a la mesa de café. ¿Cómo cambió la pandemia los hábitos de uso y de consumo de lavarropas y lavavajillas? ¿Qué se viene? Ventajas y desventajas de un escenario internacional complicado. ¿Para qué sirve crear comunidad de usuarios? Todo esto, en la entrevista que le hacen Íñigo Biain y Julieta Romanazzi al director de Alladio, la fábrica cordobesa que concentra casi el 80% del mercado de lavarropas automáticos del país.

Íñigo Biain: ¡Novedades de Luque! ¿Cómo andan? ¿Con qué protocolos están trabajando ahí?

Agustín Roberi: El año pasado fue un año absolutamente atípico, pandemia de por medio, y cambios a nivel económico y político que obviamente impactan en la empresa. Nosotros durante el año, como ya nos ha pasado en otras crisis,  hemos tenido una consolidación del mercado, las marcas de la empresa han tomado una participación mayor de un mercado que el año pasado fue menor. Menor, sobre todo, por algunas limitantes que no habíamos vivido antes, porque siempre tuvimos algún problema en cuanto a la demanda, por situaciones económicas y demás, la demanda siempre podía fluctuar hacia arriba o para abajo; pero nunca habíamos tenido un problema del lado de la oferta. 

IB: Claro, el año pasado hubo complicaciones de materia prima…

AR: El año pasado estuvimos muy limitados a producir lo que podíamos por problemas sanitarios fundamentalmente. En nuestro caso tenemos más del 85% de componentes nacionales integrados acá y entonces si nos quedábamos sin un tornillo, no podíamos hacer un lavarropas. O cerraban sanitariamente una zona y te quedabas con una demora de un par de días. O cuando habilitaron la logística (que nos hacían hacer una especie de aduana en las provincias), el flete que normalmente era de un día para el otro, nosotros lo hacemos con camiones propios, demoraba entre 2 y 3  días.

IB: Tuvieron que aprender a trabajar con esas condiciones…

AR: Sí, pero el hecho de ser productores nacionales y de tener muy integrada la cadena de suministros nos permitió tomar participación del mercado. De cara al 2021 el desafío es mantener esa participación de mercado, con una situación epidemiológica donde al enemigo ya lo identificamos.

IB: ¿Este nuevo panorama los llevó a tomar más personal?

AR: Sí, tuvimos un incremento en la dotación de personal. Estamos de nuevo por encima de las 1.550 personas, también motivados por la participación de mercado que estamos teniendo, pero también por la situación epidemiológica que te condiciona que si tenés alguna persona que es positiva, tenemos que aislar a toda la célula. Hace mucho que trabajamos con el concepto de células. De todas maneras, los indicadores dicen que el contagio en los lugares de trabajo es mínimo; los contagios se dan en las juntadas o en los bares que están abiertos. El desafío para este año es, con estas restricciones que están operando del lado de la oferta y del lado de la demanda, tratar de consolidar la posición que hemos tomado.

IB: Repasemos qué productos fabrican ustedes en Luque y con qué marca...

AR: Tenemos la planta de Luque y la de Río Segundo. Y en Luque, a su vez, tenemos dos plantas: la de lavarropas y la de lavavajillas. Los mercados son absolutamente distintos en dimensiones. Un mercado normal de lavarropas al año es de un millón de unidades, pudiendo llegar a un millón doscientos sumando automáticos, centrífugos y no centrífugos.

IB: ¿Eso es lo que se espera para este 2021? 

AR:  Este año va a ser un año de unas 700.000 unidades aproximadamente. El 2020 apuntó para ser bueno los dos primeros meses, pero con la pandemia en el medio estuvimos prácticamente tres meses sin manufacturar y al final del año hubo un repunte importante. Cerramos un 15% abajo del 2019. 

IB: ¿Cómo evalúan el impacto de la pandemia este 2021?

AR: El mercado debería crecer entre un 15% y un 20%, aunque con pandemia de por medio estos números pueden cambiar. Hay factores que ayudan a que ese mercado se reactive como el “Ahora 12” o el “Ahora 18” en la medida en que nosotros podamos seguir fabricando. Digo esto porque tenemos algunos competidores que no están pudiendo suministrarse, no por cuestiones relacionadas al país en sí, sino por el contexto mundial. Ejemplos: en algún momento nosotros hemos hablado de que exportar para nosotros era muy caro porque un camión de Luque a Uruguay nos sale US$ 3.000, mientras que un container de China salía US$ 1.000. Pero hoy con la pandemia la situación de los containers es dramática: hoy un container de China a nuestra región puede llegar a costar entre US$ 6.000 y US$ 7.000, eso hace que mejore artificialmente nuestra competitividad. Estamos teniendo demanda de productos en Uruguay donde hemos cerrado una operación importante.

IB: Volvamos a la producción de cada planta…

AR: En Luque hacemos lavarropas de carga frontal, carga superior y lavavajillas. Serían los productos premium. En Río Segundo tenemos una línea que hace lavarropas automático, sistema vertical u oriental y los modelo family, que son el sistema europeo, pero sin centrifugado y los tradicionales de paleta o agitador que tienen un mercado todavía muy importante. De cara a este año estamos tratando de trabajar los family para que gradualmente empiecen a tomar parte del mercado de los modelos de agitador, por una cuestión fundamentalmente ecológica ya que consumen 15 litros de agua versus la cantidad que quieras, porque al no ser automáticos dependen mucho del uso del usuario.

IB: ¿Qué porcentaje del mercado de lavarropas automáticos tienen hoy?

AR: En Alladio fabricamos con tres marcas: Drean, Aurora y Patrio. Drean tiene cerca del 65%, Aurora un 6% ó 7 % y un 2% Patriot, porque es una marca que tiene un solo modelo y apunta a la gama baja o en la gama de entrada de los automáticos. Si a eso sumamos lo que fabricamos para nuestras empresas colegas, estamos hablando cerca de un 80% de participación de mercado. 

IB: ¿Cómo venimos con la eficiencia energética? Leo por ahí que otros países avanzan en nuevas clasificaciones, ¿Argentina está bien parada?

AR: Sí. Estamos muy bien parados. De hecho en este entorno, donde no siempre la relación entre las empresas y el gobierno son sinérgicas, en todo lo que es normativo desde hace 20 años, se viene trabajando muy bien a través del IRAM que te permite ir haciendo adecuaciones de las normas, pero no perder la competitividad de calidad o de eficiencia internacional. Argentina hoy tiene una normativa que no solamente te mide la calidad de la eficiencia energética, sino que también te mide la calidad del lavado. Durante varios años tuvimos una etiqueta que era sui generis, era muy argentina, en donde vos como fabricante tenías que declarar la eficiencia y la calidad del lavado. Te va a parecer una tontería, pero si vos declarabas mucha eficiencia es decir, si vos declarabas mucha capacidad de lavado, te mejoraba drásticamente la eficiencia y te empeoraba la calidad. Bueno, tuvimos una etapa intermedia de normativa donde la parte de la calidad de lavado tenía quizás más peso que la de eficiencia. Hoy todos los lavarropas que se venden en el país tienen que estar certificados con calidad de lavado A. No podés tener un lavarropas que lave G. Para lavar A, te empeora la eficiencia energética, entonces como fabricantes estamos obligados a generar productos que consuman poca agua lavando en un punto óptimo. Y nuestros productos tienen triple clase A, o sea A+++. 

IB: ¿Eso es una norma internacional? Es decir,  ¿para Uruguay alcanza para exportar con esta normativa? 

AR: Sí, superamos. Pero cada país tiene su propia norma.

Julieta Romanazzi: ¿El lavasecarropas es un producto que planean incorporar en algún momento? 

AR: El lavasecarropas fue un producto que tuvimos. Lo que pasa es que hace ya 20 años aproximadamente que ya no lo comercializamos, lo mismo que la secadora de aire caliente. 

Nosotros somos buenos vendiendo lo que fabricamos, lo que no fabricamos tiene un costo adicional, que es traerlo para acá, que es caro. Además es un mercado chico: del millón de lavadoras total que se comercializan por año, vos podés estar hablando de un 2,5% o 3% de lavasecarropas y de 30.000 secadoras de aire caliente, pero obviamente que son productos complementarios de los nuestros.

IB: ¿Y por qué preferimos seguir colgando la ropa? ¿Es un cambio cultural?

AR: Es lo mismo que sucede con el lavavajillas, es un mercado de 50.000 unidades al año… 60.000 si el año es muy bueno... 45.000 si el año es muy malo, está estabilizado ahí porque es básicamente de reposición. Y es una cuestión cultural la del lavavajillas, lava mucho mejor, consume mucha menos agua pero seguimos lavando a mano. 

JR: ¿No creció en pandemia?

AR: No, no fue uno de los productos que ha crecido. Sí creció nuestra participación porque no hay productos de otros orígenes, pero no es un producto que ha crecido. Tengamos en cuenta que en los primeros meses de la pandemia fue de equipamiento para el hogar, pero en todo lo vinculado a la electrónica: la notebook, el celular, el tv. El mercado nuestro es un mercado muy maduro, con una saturación por encima del 95% y ya hoy empieza a ser de reposición. 

Para vaticinar cuál va a ser el mercado en una condición normal tenemos que estar mirando entre 8 y 10 años para atrás.

IB: Cuando ves que se venden 4.000 Thermomix, ¿qué pasa ahí?

AR:  Ese es un nicho fantástico y yo creo que ese sí ha sido exacerbado por la pandemia, porque durante el año pasado en la etapa de confinamiento todos fuimos gourmet, todos fuimos chef y ese producto acelera, pero es un producto muy caro con respecto a la prestación que te da. 

IB: ¿Entre qué precio y qué precio tenés tus lavarropas? Desde los básicos a los topes de línea…

AR: Estás hablando de un rango de entre $ 20.000 los más económicos, a los $ 70.000 los más caros.

IB:  ¿Se consolidó esta tendencia de la gente de querer tener un 4x4 de lavarropas aunque no lo usen al tope?

AR: Desde el punto de vista del uso o del driver de compra, siempre te van a pedir el lavarropas más grande, el de mayor capacidad. Nosotros tenemos una gama que carga hasta 10 kg, ahora el uso promedio sigue siendo alrededor de los 3 kg, pero el momento de comprar buscar 10. El segundo driver es la velocidad de centrifugado: 1.400 revoluciones como óptimo, 1.200 como piso de un alta gama. Ahora en esta etapa de pandemia donde la situación económica también pesó, es como que se polarizó la oferta.: vendemos el barato y vendemos el caro; la gama media es la que más sufrió.

IB: ¿Seguís manteniendo colores en el lavarropas?

AR: Seguimos manteniendo colores, aunque estamos complicados en la producción, porque esa chapa viene de afuera, salvo los colores grises que son de producción nacional, entonces estamos rearmando la estrategia de los colores, pero tenemos demanda de colores todos los días.

IB: Y el lavarropas que se conecta Internet creo que llegó 3 años antes de que se conecte el 5G, ¿no?

AR: Sin dudas, fue todo un experimento y creo que hay que medirlo desde dos puntos de vista: desde el punto de vista del usuario, yo creo que los fabricantes tenemos ahí un gran desafío que es la unificación de la tecnología. Es decir, hoy en tu casa si tenés un lavarropas conectado a Wi-Fi y tenes un aire acondicionado conectado a Wi-Fi, necesitás dos aplicaciones distintas, salvo que tengas Alexa. La usabilidad va en relación directa a lo proactiva que sea la aplicación. Nosotros llegamos bastante antes y eso nos dio dos resultados distintos: desde el punto de vista del usuario tiene una usabilidad alta y después empieza a decaer y estamos trabajando en la generación de comunidad de usuarios Drean, que no solo te hablen del lavarropas sino de técnica de lavado, un montón de cosas, la idea es aproximarnos al usuario desde otro lado... Pero desde el punto de vista de fabricantes, nos sirvió muchísimo porque ahí hemos podido mejorar, no solo la calidad con los datos, sino hasta los programas que le ofrecemos a los usuarios en base a los lavarropas que están conectados, incluso sabemos hasta cuántos kilos se lavan y cuáles son los programas preferidos. Eso sí, la privacidad del usuario está garantizada.

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